Biagini, aunque de penalti, consiguió el gol del triunfo mallorquinista. FOTO: TOMÁS MONSERRAT.

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1 REAL MALLORCA: Roa (2), M.Soler (2), Marcelino (2), Olaizola (2), Lauren (2), Engonga (3), Chichi (1), (Paunovic, min.25) (1), Ibagaza (0), (Niño, min.78) (s/n), Stankovic (2), Biagini (1), (Carreras, min.85) (s/n), Dani (1).
0 REAL ZARAGOZA: Juanmi (1), Aguado (0), Milosevic (0), Garitano (0), (Aragón, min.73) (0), José Ignacio (1), (Marcos Vales, min.57) (0), Pablo (0), (Yordi, min.78) (0), Kily (0), G.López (1), Acuña (1), Sundgren (0), Paco (1).
ARBITRO: José María García Aranda Encinar, (1). Mostró cartulina amarilla a Olaizola, Marcelino, Miquel Soler y Roa para el Mallorca. Para el Zaragoza la vieron Milosevic, José Ignacio, Gustavo López y Aguado.
GOL: Minuto 42, Biagini de penalti, 1-0.
INCIDENCIAS: Estadio Lluís Sitjar. 14.000 espectadores. Se lanzaron algunos aviones en protesta por el precio del viaje a Birmingham. El entrenador del Real Madrid, John Benjamin Toshack vio el partido desde la grada. Miquel Soler y Marcelino vieron la quinta tarjeta y no jugarán en Santander. Los aficionados no prestaron mucha atención al himno europeo que se escuchó ayer a través de los altavoces del estadio. Algunos aficionados silbaron y otros simplemente ni se percataron de lo que escuchaban y lo siguieron con indiferencia.
LO MEJOR: El resultado.
LO PEOR: El juego.

TOMEU TERRASA
El Real Mallorca sigue pulverizando records históricos. El equipo de Cúper, lejos de sufrir por el objetivo inicial de mantenerse en primera, se encuentra a golpe de orden en la segunda posición dejando en el camino a equipos que revisten cierta calidad pero que cuando vienen a Palma hacen lo que hizo ayer el Zaragoza, se olvidan de su guión y se someten al ritmo que quiere marcar el equipo mallorquinista.

El de ayer fue un partido bien distinto al disputado ante el Athletic o el Betis. Las piernas empiezan a flojear, la temporada pesa soberanamente y en ocasiones falta cierta chispa. Ayer ocurrió esto, pero ocurrió a los dos equipos. Lo que pasa es que el Mallorca tiene la virtud de saber cómo desesperar al rival. Ayer superó la escasez de ideas y la poca brillantez atacante con una gran dosis de juego intermitente. Ese juego que tan bien sabe desarrollar el conjunto bermellón, ese juego que duerme al más despierto pero que, por fortuna, mete al rival en el más oscuro de los laberintos.

El Zaragoza no sabía por dónde entrar, si por la derecha o por la izquierda. Milosevic ignoraba cuál era su papel, la llamada zona de creación perdía balones sin cesar y, de vez en cuando, la defensa se veía desbordada principalmente por las internadas de Lauren y Stankovic. A todo esto el árbitro ayudó a crear cierto nerviosismo en el equipo rival y entre una cosa y otra el Mallorca se encontraba como pez en el agua, sabiendo que el tiempo corría a su favor y que tarde o temprano el marcador se decantaría del lado mallorquín.

La oportunidad de marcar llegó en forma de penalti. Además llegó en un minuto psicológico ya que faltaba poco para el descanso. El cronómetro señalaba el 41. García Aranda vio empujón de Paco a Lauren y señaló la pena máxima. Biagini ejerció de crack y batió sin problemas a Juanmi. Uno a cero y a la caseta. La segunda parte sobró.