El Real Mallorca firmará esta noche en el Sardinero su última
incursión en competición doméstica antes del Día D, un partido que
ha quedado relegado a una expresión casi mínima por razones obvias.
La onda expansiva de la Recopa de Europa es inmensa y en plena
cuenta atrás su influjo se acentúa por momentos. No obstante, el
grupo de Cúper se ha esforzado en airear durante las últimas horas
un mensaje previsible para un equipo acostumbrado a andar despacio:
Birmingham puede esperar.
El Mallora parece haberse exigido hurgar en la crisis del Rácing
antes de asumir el reto más apasionante que anida en su historia.
Lo hará ante un conjunto metido en problemas y con armamento
renovado, especialmente en su línea defensiva. Las ausencias de
Miquel Soler y Marcelino proyectarán una retaguardia prácticamente
novedosa. Carreras ocupará el carril izquierdo, Niño actuará de
central junto a Siviero, mientras que Olaizola actuará en banda
derecha. La presencia de Engonga, con problemas físicos, es poco
probable y su vacante en el centro del campo podría ser ocupada por
Francisco Soler.
En el Rácing "no gana en casa desde el 28 de febrero", el
discutido Gustavo Benítez no podrá contar con el sancionado Sietes
y su alineación inicial dependerá de la evolución de Tais. Si el
uruguayo puede actuar, la medular estaría formada por él y Amavisca
en las bandas, con Shustikov e Ismael como doble pivote, con lo que
Víctor jugaría en la media punta como enlace con los delanteros
Salva y Munitis.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.