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FELIPE RECUERO - CATANIA
La mala suerte se ha cebado con el conjunto Kelme Costa Blanca en los comienzos del Giro'99, ya que el gijonés José Luis Rubiera tuvo que echar pie a tierra en el transcurso de la segunda etapa, que tuvo como vencedor al italiano Mario Cipollini que pasa a ser el nuevo líder de la carrera.

Rubiera, revelación hace un par de años al ganar la etapa reina para quedar décimo en la general final, daba por concluida su participación faltando unos 30 kilómetros para completar los 133 de que constaba la etapa. El motivo de la retirada no fue otro que una insolación del día anterior, según comentaba en la llegada su director deportivo Àlvaro Pino, un tanto desmoralizado ya que suma dos bajas en dos etapas.

El vizcaíno Javier Ochoa no pudo tomar la salida en el Giro´99 al dar exceso de hematócritos en los controles previos de la carrera.
La etapa fue una especie de calco de la anterior, es decir, con escapadas permitidas pero controladas por parte del equipo del hasta entonces líder Iván Quaranta, y por el Saeco de Mario Cipollini que en esta ocasión no fallaba y remataba perfectamente el buen trabajo de sus compañeros de equipo.

Cipollini ya daba el primer aviso al situarse segundo en el Intergiro, llevándose cuatro segundos y situándose a tan sólo cuatro de la «maglia rosa» del anterior líder, prenda que el «Bello Mario» ya ha vestido en tres ocasiones durante sus ocho participaciones.

Cipollini se quedaba solo en los últimos metros, pero en una posición de privilegio, haciendo inútil la remontada de Blijlevens que, por segundo día consecutivo, tuvo que conformarse con el segundo puesto en la etapa.