El cambio del Arrows de De la Rosa se rompió en la misma salida,
en donde se quedó sin la primera velocidad. Esto le relegó a la
última posición, en la que marchó mientras se mantuvo en la pista.
Después se fue quedando sin marchas y acabó abandonando. Marc Gené
estaba haciendo una carrera muy regular y rodaba sin problemas,
pero en la vigésima cuarta vuelta el coche se le fue de atrás en la
curva de Santa Devota, golpeó contra los neumáticos de protección y
ahí terminó su aventura en Montecarlo.
Ferrari y McLaren habían planeado la misma estrategia de una
parada para sus líderes -Michael Schumacher y Mika Hakknen-, pero
la habían interpretado de forma diferente. El McLaren de Hakkinen
había cargado más gasolina para retrasar todo lo posible su parada
y hacerlo cuando la pista estuviera más despejada.
Pero el Ferrari de Schumacher, más ligero, superó a su rival en
la salida, aunque Hakkinen trató de cerrarlo, y llegó en primera
posición a la curva de Santa Devota. A partir de ese momento la
ventaja del alemán no iba a cesar de aumentar, mientras que en el
tercer puesto Eddie Irvine había superado también al otro
Mclaren-Mercedes, pilotado por el británico David Coulthard.
El doblete de Ferrari lo iba a propiciar la pasada de frenada en
la bajada de Mirabeau de Mika Hakkinen, al pisar el aceite que
había dejado el Arrows A20 del japonés Toranosuke Takagi, que le
iba a hacer perder un tiempo imposible de recuperar en un circuito
en el que los adelantamientos son prácticamente imposibles.
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