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Entre el caos propiciado por el quebrantamiento de una simple ley física "donde apenas había cabida para treinta periodistas se concentraron más de un centenar" Héctor Cúper, flanqueado por Jovan Stankovic, Francisco Soler, Marcelino Elena y Dani Gacía, aireó un discurso repleto de ambición. Lejos de la monotonía que habían adquirido sus últimas comparecencias ante los medios, el técnico del Mallorca tiró de un manual repleto de sustancia que refuerza el convencimiento externo que emana su grupo desde que llegó a Birmingham. «Mis sensaciones son buenas. Hay ansiedad y eso, si se sabe administrar, siempre es bueno ante un partido de estas características. La verdad es que no me preocupa lo más mínimo que se de a la Lazio como favorita, lo único que me preocupa es la mentalización de mi equipo», aseguró el preparador argentino en las horas previas a la cita más importante que anida en la hoja de servicios de club balear. Cúper no ocultó la gran capacidad de desequilibrio que se concentra en la plantilla de la Lazio y desveló cual iba a ser su antídoto. «Ante eso sólo se me ocurre una forma de oponerse: más que nunca habrá que trabajar en equipo. Debemos armarnos al máximo en todos los sentidos e intentar contrarreras sus grandes individualidades. No conozco otra fórmula», subrayó.