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Dolidos, pero muy orgullosos. Así extendía Héctor Cúper la sensación que se vivía en el interior del vestuario tras la derrota en la final de la Recopa. El técnico argentino del Real Mallorca manifestaba a la finalización del encuentro que «las finales no se juegan, se ganan. El vestuario está muy dolido y no tenemos consuelo alguno, pero realmente nos sentimos orgullosos por el trabajo que hemos realizado. El equipo ha conseguido equilibrar en todo momento el encuentro y hay que destacar el esfuerzo y la actitud de los jugadores durante todo el partido», señalaba el preparador bermellón.

Cúper analizaba el choque y significaba que «en el segundo tiempo tuvimos controlado el partido. Incluso creo que antes de que ellos marcaran teníamos el partido en nuestras manos, pero en esta clase de encuentros lo que cuenta son los goles. Ellos lograron el tanto a falta de muy pocos minutos y nosotros no fuimos capaces de volver a marcar».

El entrenador del conjunto mallorquinista señalaba que «la respuesta de la afición ha sido fabulos. Hemos vivido una situación muy similar a la que sufrimos en la final de la Copa del Rey y es una pena porque no hemos sido capaces de llevar la copa a Palma. No hemos sabido concretar en los últimos metros y nuestro problema ha sido la definición. Sin embargo, me quedo con el apoyo de los seguidores que han venido hasta Birmingham y de los que seguro que han sufrido en Mallorca».