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Cúper está asediado. El técnico bermellón reconoció ayer que entiende y comprueba día a día la ansiedad que hay en el entorno rojillo por conocer cuál es su decisión final, si seguir en el Mallorca o marcharse a otro equipo. El entrenador reconoció que no puede ir a ningún sitio sin que le pregunten continuamente por su futuro. «A mí por la calle me pregunta la gente, cuando entro en un restaurante me miran como esperando una respuesta. Hasta mis hijos me preguntan que haré y yo les digo que esperen», señaló ayer el preparador rojillo.

El asedio y la presión respecto a este tema empieza a ser total para el entrenador rojillo. Las conferencias de prensa se visten de un tinte monográfico, la afición canta y vitorea sin parar eso de «Cúper te queremos, Cúper quédate», Asensio también lo grita en público y su familia está también ansiosa por conocer la decisión final del entrenador. Todo en esta isla parece girar en torno a una decisión que, para bien o para mal, y si se respeta el último plazo, tiene que conocerse en las próximas horas.

Conocer exactamente cuándo se conocerá y cómo se hará pública la decisión del entrenador es en estos momentos una incógnita. La solución al dilema puede salir de una reunión que se mantenga esta semana en Palma entre el propietario y el entrenador o bien en un encuentro que puede producirse en la capital de España con motivo del partido entre el Real Madrid y el Mallorca del próximo domingo. Sea de una forma o de otra, el técnico insinuó ayer que ya ha tomado la decisión.