El otro español que participaba en este Gran premio, Marc Gené
(Minardi M01 Ford), no pudo recorrer ni un metro, al romperse el
cambio de su coche cuando se dio la salida. La carrera más esperada
por este piloto terminó antes de empezar. Pedro de la Rosa pudo
hacerlo mejor. Su coche no da para más. Intentó como había dicho
engancharse a los coches que le precedían, pero aunque durante el
primer tercio de la prueba siguió como su sombra al austriaco
Alexander Wurz (Benetton B199 Playlife), al final tuvo que ceder y
el único consuelo fue que casi dobla a su compañero de equipo el
japonés Tora Takagi.
Todo salió a la perfección para McLaren-Mercedes y sólo regular
para Ferrari, que en la salida no sólo no pudieron impedir que
Coulthard se situara segundo tras su jefe de fila Mika Hakkinen,
sino que a Michael Schumacher y al irlandés Eddie Irvine se les
coló también el canadiense Jacques Villineuve (BAR 01 Supertec),
autor de una gran carrera hasta su abandono por problemas en el
cambio.
En esta ocasión tampoco hubo sorpresa táctica y tanto
McLaren-Mercedes como Ferrari realizaron dos paradas para repostar
y cambiar neumáticos, pero los McLaren nunca perdieron los dos
primeros puestos. Por detrás, la carrera de las otras escuderías
tampoco estuvo en esta ocasión animada y sólo los abandonos
propiciaron el poder subir puestos en la clasificación, Ralf
Schumacher (Williams FW21 Supertec), octavo en las primeras
vueltas, logró al final la quinta, por delante de Jarno Trulli
(Prost AP02).
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