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0

0 ESPAÑA: Llaverola; Gabaldón, Polán, Cáceres, Borregán -cinco inicial-; Santi Pons, Tibau, Benito y Martinell.
1 ARGENTINA: J. Oviedo; José Luis Paez, Salinas, Cairo (1), López -cinco inicial-; David Paez y Montserrat.
ÀRBITROS: Luis Rei (Portugal) y José Costa (Brasil).
GOL:
Minuto 15, Cairo, 0-1.

EUROPA PRESS - BARCELONA
No pudo ser. La selección española, 10 años después, no pudo hacerse con un Campeonato del Mundo, que se fue a las vitrinas argentinas tras un partido donde España nunca mereció perder.

Ambos equipos habían conseguido su pase a la final al deshacerse de Portugal e Italia después de los penalties, así que el último partido del Mundial prometía ser igualado. Además, el conjunto español llegaba a la final después de 10 años sin conquistar un Campeonato del mundo. Argentina, que antes del partido era subcampeona del mundo, empezó dominando un choque que en sus comienzos mostraba el respeto que se tenían ambos combinados. Los cuatro hombres de campo argentinos, de los que 2 juegan en el Liceo y 2 en el Barcelona, dejaban ver que el triunfo en la final no iba a ser fácil para España. En el ecuador de esta primera mitad, el control estaba del lado español, aunque las individualidades argentinas hacían que los de Miquel Umbert no se pudieran descuidar ni un momento.

A 5 minutos del final, un gran robo del Borregán no pudo ser aprovechado por Cáceres. Esta clara ocasión hispana fue el prólogo al gol argentino: Gabi Cairo, puso de cuchara, el inquietante 0-1 en el marcador. España, de todas formas, no perdió la compostura y siguió intentándolo hasta el pitido que mostraba a los equipos el camino a los vestuarios.

En la segunda parte Miquel Umbert puso en escena al hombre que en la semifinal de ayer fue el revulsivo: Iván Tibau, un jugador incisivo que busca siempre el juego profundo. España tiraba y tiraba, pero el meta argentino Juan Oviedo hacía que la portería pareciera más pequeña. Tibau era efectivamente el revulsivo, y la diferencia de disparos a puerta era, en esta segunda parte, tremenda. A 5 minutos de final, llegó la gran ocasión para España: un penalti, que Martinell no supo aprovechar. Borregán y Gabaldón tuvieron otra vez el gol, pero la diosa fortuna no estaba del lado español.