1 MALLORCA B: Leo Franco (1), Fernando Porto (0), Pep Lluís Martí (0), Ivo (0), Potenzoni (0), (Alyson, minuto 45) (0), Braña (0), (Ramón, minuto 54) (1), Luque (0), Maldonado (0), Diego Tristán (0), (Valerón, minuto 62) (0), Vaqueriza (0), Àlvaro Novo (0).
3 HÉRCULES: Belman (1), Juanmi (2), Barbero (2), Ferreras (2), Javi Prats /1), (Djukanovic, minuto 72) (1), Deus (2), (Palomino, minuto 61) (1), Conte (2), Osterc (1), (Baroja, minuto 54) (1), Morales (1), Manolo (1), Gonzalo (1).
ÀRBITRO: Eleicegui Uranga (1). (Colegio vasco). Amonestó con la cartulina amarilla a los locales Porto, Potenzoni y Luque y a los visitantes Belman, Barbero, Conte y Baroja. Expulsó por doble amonestación a Alyson (minuto 86) y de forma directa a Morales (minuto 43).
GOLES:
Minuto 6, Deus marca de cabeza a pase de Conte, 0-1.
Minuto 22, Conte ejecuta una pena máxima, 0-2.
Minuto 70, Ramón, tras recortar a varios contrarios, 1-2.
Minuto 86, Conte transforma un penalti cometido por el brasileño Alyson, 1-3.
XISCO CRUZ
El Hércules se llevó de la mano al filial. El conjunto alicantino arrastra en su caída al Mallorca B y le envía a una categoría que sólo reparte miserias. En su día, cuando un grupo de directivos se reunieron para apostar por la despedida de Jesús Linares, no pensaron que el futuro les iba a soltar una bofetada tan dolorosa. Pensaron que con Nando Pons se cerraría una hemorragia, que ha seguido emanando sangre hasta el final. El «hombre de la casa» no ha logrado mejorar al enfermo, sino que se ha olvidado de ponerle diariamente el suero. Es la hora de buscar responsables y hay que mirar hacia todas direcciones: oficinas, vestuario, banquillo y palco. Lo de ayer fue patético e inexplicable. Se perdió ante un equipo sin vida y se hizo de una manera ridícula (1-3).
Al filial le bastaba con sumar un punto. Ni eso. Con la prepotencia habitual que traza a algunos jugadores del segundo equipo balear, pensaron que el Eibar y el Barcelona B serían incapaces de ganar. También debieron creer que el Hércules viajaría para saborear sus primeros días de vacaciones, pero por encima de todo en el vocabulario de todo futbolista debe existir un concepto: profesionalidad. Los alicantinos (primados o no) se entregaron al máximo, hicieron la ley del mínimo esfuerzo y esperaron a que el filial hiciera su chiquillada habitual. Esta vez la hicieron Porto y Alyson (dos penaltis absurdos), pero la lista anterior es interminable. Mientras las ondas herzianas enviaban malas noticias desde Ipurúa (el Eibar marcó en el primer minuto), el cuadro mallorquín recibía el primer golpe en el rostro. Deus conectaba un perfecto testarazo que abría la herida rojilla y ponía rumbo a la tragedia (minuto 6).
Nando Pons: «El descenso es un fracaso porque no se han cumplido los objetivos»
Nando Pons trataba de argumentar algo inexplicable. Cansado de repetir desde hace medio año que dependían de ellos mismos, ahora se encuentran en Segunda B. El técnico intentaba deshacer la madeja y dejar claro el porqué del descenso: «nos ha podido la presión. Desaprovechamos tres ocasiones para conseguir la permanencia y lo hemos pagado. Los responsables somos todos y yo el primero. Asumo mi parte de culpa». Para el entrenador del Mallorca B, «el equipo está donde se merece porque después de 42 jornadas cada uno está en el sitio que le corresponde. El descenso ha sido un fracaso; no se ha cumplido uno de los objetivos del club, que era la permanencia en la categoría. Sin embargo, estoy contento porque hemos podido nutrir al primer equipo de algunos jugadores como Luque».
Nando Pons también repartió fuego entre la directiva y acusó a la entidad de «no haber valorada suficientemente el hecho de que el filial estuviera en Segunda División. Hemos estado abandonados a todos los niveles y nos hemos encontrado muy solos», explicaba el entrenador mallorquinista. Pons agregaba que «por trabajo no ha quedado, porque hemos luchado hasta el final para conseguir salvar la categoría».
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