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Despojado de parte importante del armamento con el que se había abierto paso hasta Mestalla, el Real Mallorca fue una factoría de dudas durante el estío del 98. Traspasó seguridad, talento y pegada y decidió construir un nuevo equipo con una munición que proyectaba excesivas sospechas. Incluso el discurso de Cúper parecía haber perdido rango ante la opinión pública. Comparaciones con un pasado lujoso y compartido con la flor y nata de la élite nacional, fichajes menores y los propios argumentos que exhibió durante una pretemporada teñida por la discreción del resultado, imbuyeron al Mallorca en una tesitura compleja.

De hecho, sólo Cúper parecía tener fe en un plantel que se apresuró a reivindicar crédito en la primera oportunidad que tuvo enfrente. Fue en la Supercopa de España. Se cruzó el Barcelona, pero Cúper había cosido un nuevo Mallorca; un equipo ordenado, humilde y con criterio pero que había incrementado su capacidad de desequilibrio con la presencia de un futbolista que Jupp Heynckes había menospreciado: Dani García. Casi al mismo tiempo que la hinchada respiraba hondo, el Mallorca adornaba sus vitrinas con un primer título oficial.

La apertura de la competición doméstica también fue esclarecedora. El Mallorca se acomodó entre los mejores con la misma rapidez que el curso dilapidaba jornadas. En Europa la tendencia era idéntica y el conjunto balear no dudaba en apartar de su camino a rivales casi anónimos en el concierto europeo. En plena cuenta atrás de la Liga española, empezaba a quedar claro que alcanzar la Champions League era una realidad consistente y en la Recopa el Chelsea también caía rendido. El Mallorca alcanzaba su primera final continental, aunque ante la Lazio le salió cruz.

Supercopa de España, el primer título oficial del club balear
El primer título oficial que ha conquistado el club balear a lo largo de su historia ha llegado esta temporada. Real Mallorca y Barça disputaron la Supercopa de España a doble partido; el equipo de Cúper fue nítidamente superior en la eliminatoria, especialmente en el encuentro disputado en el Nou Camp. Dani García, que marcó en la ida y en la vuelta, fue el héroe de una competición que también sirvió para disipar muchas dudas.