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La pasada temporada veía muy negro el porvenir enrolado en las filas del Sóller, pero al final del túnel se le apareció el Constancia. Jaume Ramis ha pasado de jugar en una entidad tambaleante a disputar una plaza para la Segunda División B en el único equipo balear con posibilidades de éxito. Su inclusión en la lista de Teodoro Nieto para participar en la Universiada, que no se confirmó hasta ayer, es lo único cierto en su futuro inmediato: aún no sabe los resultados de los exámenes que acaba de finalizar, cómo saldará su actual equipo el doble enfrentamiento que le queda ante el Novelda, ni mucho menos si cobrará lo que le debe el Sóller. Para el centrocampista del equipo inquense, su participación en la Universiada es un nuevo reto, aunque le llega en un momento delicado: «Me hace mucha ilusión que me hayan convocado porque se trata de un reconocimiento a nivel nacional y eso siempre es bueno. Lo que ocurre es que tenemos dos partidos importantísimos en los que se decidirá si ascendemos o no a la Segunda B y, lógicamente, los quiero jugar. Estamos en una situación delicada porque tenemos el golaverage perdido con el Mataró y el Mar Menor».

Como cualquier palmesano, Ramis conoce más la Universiada por cuestiones extradeportivas que por la competición que contiene: «He oído lo de los retrasos pero espero que todo se arregle a tiempo. Supongo que a nivel de organización no habrá problemas y lo de las instalaciones se arreglará». En cuanto al hecho de que la cita tenga lugar en Palma, el futbolista aseguró que para él eso supone una motivación añadida: «Me apetece mucho formar parte de la selección y más hacerlo en tu propia casa. Eso para mí es muy importante».

Palma 99 supondrá en cualquier caso un punto de inflexión en la trayectoria de este jugador de 21 años formado en la escuela de fútbol del La Salle que ha vestido la camiseta del Real Mallorca durante diez temporadas tanto en las divisiones inferiores como en el equipo filial, a las órdenes del actual técnico del Atlético Baleares, Miguel Crespí.