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El nombre, la forma de denominarlo, es el gran inconveniente para que el Mallorca Open de tenis que se disputó en la plaza de toros de Palma pueda volver a celebrarse.

Los problemas de financiación de la pasada edición y que hoy, dicen, están resueltos y, sobre todo, el afán de protagonismo, sirvieron para que un grupo de personas quisiera desvincularse de todo lo que pudiera conllevar riesgo económico. Así, en una reunión con los medios de comunicación, decidieron llamarle Baleares Open.

Hoy, con esos problemas zanjados, el protagonismo de unos pocos puede dar al traste con el mejor torneo de la ATP, al menos en promoción. Argumentan que el Govern balear quiere que el nombre cambie aunque, según manifiesta Segismundo Morey, director-gerente de Ibatur, «nosotros no podemos influir en el nombre. Sin embargo creemos que el torneo se conoce como Mallorca Open y que sería poco serio ir cambiando cada año. La promoción que se hizo de Mallorca fue muy positiva».

El Mallorca Open de tenis está incluido en el circuito ATP y cuanta con una dotación de 500 mil dólares y con fecha definida: el 13 de setiembre. Pero lo realmente importante es la promoción que en el marco de una plaza de toros y con el «circo» que se montó a su alrededor le catalogaron como el mejor de su categoría y uno de los mejores del circuito.

Junto a la falta de seriedad que se daría cambiando el nombre y que el Govern, por su apoyo, saldría salpicado, habría que añadir el hecho de que la campaña promocional y los muchos trabajos adelantados encarecerían el producto final.

Lo realmente incomprensible es que los que han querido montar el torneo bajo el nombre de Baleares Open o, más recientemente, con el nombre de Torneo Mallorca, son las mismas personas que estuvieron con el Mallorca Open. El cambio de nombre, si se produce, sí dañaría la imagen de Mallorca.