Daniel Vidal ya flota en la historia de la Universiada'99. El
nadador mallorquín se ha encargado en poco más de un cuarto de hora
(15.28.95 tardó en recorrer 1.500 metros) de devolverle al complejo
de piscinas de Son Hugo parte de la sonrisa que perdió mientras
amontonaba ruinas y escombros. El balear apuntaba al pódium y subió
al tercer escalón para rubricar una jornada especial y lustrosa.
Vidal se plantó en la final sin mácula. No tuvo oposición en las
previas y se alineó en la calle 4 como punto de referencia en la
prueba. Salió mal, atenazado por los nervios, ansioso de mantener
viva la ilusión de una grada que apoyaba cada uno de sus gestos.
Cubrió los primeros 600 metros entre la cuarta y la tercera
posición, seguido en cada batida de pies por el italiano Andrea
Righi, que especuló hasta que sus rivales acabaron las fuerzas. El
nadador mallorquín fue minando la ventaja de sus rivales, superó al
estadounidense Mark Leonard y trazó un par de piscinas como líder
de la prueba. Acariciaba el oro.
Sin embargo, Daniel Vidal se quedó sin oxígeno. Coincidió su
desfallecimiento con el impulso que tomó el transalpino. El
insular, que veía como el oro se marchaba a Roma, trató de diseñar
el mejor camino hacia la plata. Se aferró a la segunda posición,
pero Leonard fue capaz de resucitar y conseguir el preciado
metal.
Daniel Vidal cerraba su participación con la conquista de una
agónica tercera posición y tenía el honor de ser el primer nadador
mallorquín que consigue una medalla en los presentes Juegos
Mundiales Universitarios. España acumula una nueva medalla en
natación y las aguas de Son Hugo vuelven a recuperar todo su
esplendor. Tienen color balear.
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