El Bàsquet Inca le ha puesto rostros a su nuevo proyecto. La
entidad de Es Raiguer busca una metamorfosis, un cambio de sentido
que aparte al club de la senda perdedora por la que ha transitado
en los últimos dos años. Cansada de perder, la directiva inquense
ha volcado todo su presupuesto en diseñar una plantilla de
garantías y sus últimos cuatro linajes destilan calidad: García
(Jesús y Felipe), Yáñez y Monclova. Es la nueva armada gualdinegra.
Paco Olmos se ha rodeado de hombres bajos de excelente nivel
(ayer se presentaron tres bases) y ahora intenta cicatrizar el
plantel con jugadores interiores. Pampín y Roura serán los
complementos y el perímetro queda cubierto con elementos que
combinan dirección y puntos. Yáñez viene como referente en la media
distancia y como un hombre capaz de aportar puntos y mucha
defensa.
El técnico destacó: «Estos jugadores vienen a completar un grupo
de hombres dispuestos a cambiar el rumbo del equipo. Están muy
ilusionados y creo que aportarán mucho trabajo», aseguraba.
Merchán y Roura también iniciaron ayer los entrenamientos.
Presentados el pasado viernes durante el arranque de la campaña de
socios, se ejercitaron en doble sesión con su nuevo equipo. El
resto del plantel es una incógnita. Roman Rubchenko no llega y
sigue sin ser presentado, al igual que Fernández, procedente de
Portugal. La directiva se ha fijado como objetivo ocupar el hueco
que ha dejado Albert Alzamora, que abandonó el conjunto de Inca
para enrolarse en las filas del Casademont Girona de la Liga
ACB.
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