Vuelve el hijo pródigo. Tras tocar el cielo con las manos vestido
de azulgrana "cinco ligas, dos copas del Rey, una Recopa y una Copa
de Europa figuran en su palmarés" Nadal regresa al equipo que le
vio crecer como futbolista con la ilusión del que retorna para
demostrar que sigue vivo en el fútbol. Atrás queda ya un año
plagado de problemas y donde las lesiones y la llegada de hombres
como Pellegrino o Frank De Boer cerraron definitivamente al
mallorquín las puertas de la que fue su casa durante ocho
temporadas. Hoy, olvidado Cruyff, Van Gaal dirige los destinos del
club azulgrana y la historia se escribe diferente. El traspaso de
Nadal al Mallorca supone el penúltimo escalón en la «operación
limpieza» iniciada por el holandés y cuyo objetivo es acabar con la
herencia dejada por el mítico Johan. Ya sólo resiste Guardiola.
Nadal cierra su ciclo blaugrana antes de lo que marcaba su
contrato, deja atrás el «infierno» de los descartados y vuela hacia
Mallorca donde será recibido como un héroe. El «manacorí» que un
día cruzó el «charco», se plantó en Barcelona con un «curriculum»
parco en títulos, puso sus cualidades al servicio de Johan Cruyff y
acabó compartiendo protagonismo con hombres de la talla de Michael
Laudrup, Koeman o Romario regresa ahora, aunque defenestrado por
Van Gaal, con la vítola de uno de los mejores centrales de España,
internacional con la selección y pieza codiciada por clubs de la
talla del Deportivo de la Coruña.
La operación, donde el FC Barcelona renunció a cobrar traspaso y
en la que el jugador se asegura las mismas cantidades que percibía
en el cuadro azulgrana, 180 millones netos anuales y una
indemnización por parte del conjunto que preside José Luis Núñez de
250 millones de pesetas, pone el punto y final a una negociación
dura y donde todas las partes en litigio tuvieron que ceder en sus
pretensiones. Al final, el presidente catalán consiguió imponer en
el contrato una cláusula que obliga al Mallorca a pagar 800
millones de pesetas al Barça en caso de que el futbolista, que ha
firmado por tres años, sea traspasado a otro club, con lo que Núñez
frustra un posible interés del Real Madrid.
Con el acuerdo finiquitado, una nueva etapa se abre en la
carrera de un hombre acostumbrado ya a desfilar con las estrellas.
Ahora, llega el momento de dar los últimos coletazos a su carrera
en el club que le marcó el camino hacia la fama pero con la
responsabilidad del que se sabe «buque» insignia del fútbol
mallorquín. Su veteranía y su espectacular progresión tras ocho
años en uno de los mejores equipos del mundo deben servirle para
cargar en su espalda el peso de un conjunto necesitado de un
referente tras el adiós de Héctor Raúl Cúper.
La contratación del veterano central de 33 años supone un
espectacular golpe de efecto para una isla que vive momentos de
euforia futbolística y donde la noticia del fichaje ha despertado
la ilusión en una afición que espera ansiosa el día del debut.
En el aspecto puramente táctico, la incorporación del defensa
mallorquín dota de más equilibrio al grupo de Gómez, quien ahora
contará con tres marcadores natos, Gustavo Siviero, Fernando Niño y
el propio Nadal.
Con multitud de partidos internacionales en sus botas e
infinidad de incursiones europeas con el Barcelona, el nuevo
fichaje de la directiva mallorquinista asegura una experiencia
inigualable para el Mallorca en su andadura por la Champions
League, en caso de que se supere la fase previa ante el Molde
Noruego, fase en la que Nadal no ha podido ser inscrito. El sueño
de muchos se ha cumplido y ya sólo falta la presentación oficial.
Algunos llorarán de emoción.
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