El Mallorca cumplió con la premisa de no perder en Molde y terminó
empatando a cero ante los noruegos. Los rojillos exhibieron lo que
era un secreto a voces, la falta de rodaje, y alternaron momentos
de luces y sombras. Conclusiones: falta mordiente en ataque y
conexión entre líneas. Sin embargo lo que ayer importaba era no
perder y esto se consiguió. En la primera parte el conjunto del
Molde enseñó pronto sus armas.
El cuadro noruego hacía circular con rapidez la pelota y basaba
su juego en la fortaleza física de la mayoría de sus jugadores. El
Mallorca por su parte aguantó bien las primeras embestidas de los
hombres de Brakstad y no renunciaba al ataque aunque principalmente
basaba su juego en parar las contras rivales y salir con orden y
toque pero sin precipitarse. La zaga estaba bien colocada y los
tres puntas, Mork, Lund y Olsen no llegaban con facilidad a la meta
defendida por Burgos.
Los de Mario Gómez jugaban con criterio y cabeza aunque
encontraban muchas dificultades a la hora de crear peligro. Lauren
"muy luchador todo el partido" y Jovan Stankovic intentaban dominar
las bandas pero los balones que servían al área, bien en jugada o
en balón parado, no encontraban rematador. Por contra el Molde
tampoco llegaba con facilidad aunque Germán Burgos tuvo que
emplearse con acierto en dos disparos, de Hoseth y de Lund. El meta
estuvo en todo momento bien situado y atajó el primero en forma de
disparo raso y despejó de puños el segundo tras un disparo
fortísimo por parte del goleador noruego. En la recta final de la
primera mitad el Mallorca dio mayor sensación de equipo y logró
imponer su juego de toque al fútbol fuerza de los noruegos. Los
minutos iban pasando y los rojillos echaban mano de la experiencia
para intentar ralentizar el juego y llevar al Molde a su
terreno.
El repliegue de ambos conjuntos era correcto y la abundancia del
juego se centró mucho en la zona ancha del campo más que en las
inmediaciones de ambas áreas. Los bermellones lograban su cometido
y observaban cómo se llegaba al término de la primera mitad sin
haber encajado ningún gol y lo que es más importante, haber logrado
frenar los intentos de contragolpe de la escuadra noruega. Mario
Gómez, pese a no haber gozado de mucho tiempo para preparar el
primer partido oficial, consiguió mentalizar a su equipo que el
orden y la concentración serían claves para el devenir de este
encuentro.
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