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No hay entradas. El estadio Son Moix registrará un lleno absoluto en el primer partido de su historia. El cártel era una garantía. Un Mallorca-Madrid para celebrar el estreno del nuevo terreno de juego, con las condiciones que se dan "hay que tener en cuenta el palmarés del equipo blanco y las últimas campañas realizadas por el conjunto bermellón" no se ha resistido a la afición mallorquinista. Así las cosas tan sólo hay una cosa cierta. Se llenarán las localidades.

El precio de las entradas para presenciar la visita del conjunto de Toshack no era barato. Entre 6.000 y 11.000 pesetas han pagado los seguidores isleños para ver al nuevo equipo de Gómez y a las figuras blancas. En la tarde de ayer tan sólo quedaban en tribuna cubierta a once mil pesetas, pero a la hora de cerrar las taquillas se había terminado el papel. Muchos son los aficionados que se quedarán con ganas de estar en Son Moix el sábado. Y los socios de la Federación de Peñas del Madrid no serán una excepción. Agustí Seguí pidió 800 entradas pero tan sólo se le pudo facilitar 300.

En lo que a los abonos se refiere todavía hay posibilidades pero las opciones donde elegir se limitan. La cifra de abonados ya llega a los 14.000 y por tanto muchas de las zonas del estadio ya están completas. En los fondos y en la tribuna de sol alta ya no queda ni una sóla localidad.

Las colas para hacerse socios se prolongan durante más de una hora y los seguidores mostraban ayer su malestar por tener que aguantar temperaturas al aire libre. Los aficionados, enfadados comentaban que «parece que no quieren que nos hagamos socios. Además de tener que soportar el bochorno nos dan muy pocas facilidades».