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MIGUEL VIDAL Burgos parando un penalti y Carlos marcando el primer gol pusieron el ambiente al rojo vivo. Morientes y Raúl lo enfriaron. Dicen en Mallorca que el calor lo enciende Santa Margarita y lo apaga San Bernardo. El lugar de la santa lo ocupó el habilidoso Carlos Domínguez Domínguez, que no contaba apenas para Cúper y es titular con su sucesor. Raúl hizo de San Bernardo. Carlos, que es de Mairena de Aljarafe, en la provincia de Sevilla, sabe de calores y de subidas repentinas de temperatura. Su gol a Illgner tuvo el efecto térmico de una oleada. El de Raúl, de ducha helada.

La contracrónica es un género periodístico que no quiere enmendar la plana a nadie. Sólo intuir lo que quedará de imperecedero en el recuerdo del partido. Fijar la memoria de un momento, en este caso histórico, en contraposición a los desmemoriados que dicen que en fútbol el ayer no existe. Pues, sí. En este caso el ayer siempre existirá. Por muchos motivos. Primero porque no podía encontrarse una tarde más luminosa para inaugurar oficialmente la singladura mallorquinista en Son Moix. Tampoco un partido de tantas campanillas para la puesta de largo de un estadio que se vistió de gala. Un estadio construido con dinero público para regalarlo a una empresa privada y que necesita de un buen rodaje para tener aceptación. De momento todos los interesados, menos los periodistas, que gozamos de las mejores instalaciones de Prensa de la Primera División española, tienen alguna queja.