Burgos parando un penalti y Carlos marcando el primer gol pusieron
el ambiente al rojo vivo. Morientes y Raúl lo enfriaron. Dicen en
Mallorca que el calor lo enciende Santa Margarita y lo apaga San
Bernardo. El lugar de la santa lo ocupó el habilidoso Carlos
Domínguez Domínguez, que no contaba apenas para Cúper y es titular
con su sucesor. Raúl hizo de San Bernardo. Carlos, que es de
Mairena de Aljarafe, en la provincia de Sevilla, sabe de calores y
de subidas repentinas de temperatura. Su gol a Illgner tuvo el
efecto térmico de una oleada. El de Raúl, de ducha helada.
La contracrónica es un género periodístico que no quiere
enmendar la plana a nadie. Sólo intuir lo que quedará de
imperecedero en el recuerdo del partido. Fijar la memoria de un
momento, en este caso histórico, en contraposición a los
desmemoriados que dicen que en fútbol el ayer no existe. Pues, sí.
En este caso el ayer siempre existirá. Por muchos motivos. Primero
porque no podía encontrarse una tarde más luminosa para inaugurar
oficialmente la singladura mallorquinista en Son Moix. Tampoco un
partido de tantas campanillas para la puesta de largo de un estadio
que se vistió de gala. Un estadio construido con dinero público
para regalarlo a una empresa privada y que necesita de un buen
rodaje para tener aceptación. De momento todos los interesados,
menos los periodistas, que gozamos de las mejores instalaciones de
Prensa de la Primera División española, tienen alguna queja.
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