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Resaca amarga. El día después de caer eliminados ante el Molde y de decir adiós a la Liga de Campeones no fue fácil. El consejero delegado, Mateo Alemany, quiso ayer dar la cara y no escondió su decepción ante el grave revés sufrido el pasado miércoles en Son Moix.

«Es inadmisible que el Molde nos eliminara. Estoy muy mal, muy triste y decepcionado y entiendo también la gran decepción que sufren nuestros aficionados que han hecho un gran esfuerzo para sacar su abono y que han llenado estos partidos el campo, lo siento mucho por ellos», dijo.

Alemany reconoció que ahora se debe hacer un ejercicio de autocrítica. «Ahora se debe hacer un ejercicio de autocrítica. El Molde no puede eliminar al Mallorca y acabar con un hecho histórico en la entidad y con toda una ilusión colectiva».

El consejero delegado destacaba que el Mallorca tenía el miércoles la obligación de clasificarse para la Liga de Campeones. «La responsabilidad del Mallorca es muy importante. Teníamos la obligación de eliminar al Molde. Al final corrimos un riesgo innecesario, especulando con el juego y con el resultado. El equipo fue conformista y lo terminó pagando».

Alemany restó importancia a las declaraciones efectuadas por Mario Gómez que se acusaba a él mismo y a sus futbolistas de «pelotudos, tontos y gilipollas». El consejero apuntó al respecto que «esto fue dicho en un momento caliente y lo dijo de un modo coloquial aludiendo que se habían comportado como unos pardillos y él no se excluyó. Esto es un equipo, un colectivo».