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JOSÉ ANTONIO LLADOS El ciclista vasco Abraham Olano y su equipo, el ONCE-Deutsche Bank, culminaron con éxito el intenso y duro trabajo realizado durante la quinta jornada de la Vuelta a España, entre Béjar y Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, en la que corrieron con el peso del ritmo a imponer durante casi los 160 kilómetros del día y, al final, lograron el objetivo de vestir a Olano con el jersey oro de la carrera.

Desde el principio la ONCE salió dispuesta a hacer mucho más dura de lo que en realidad parecía la quinta etapa de la Vuelta 99 y aunque hubo escaramuzas de otros corredores, no fue hasta las primeras rampas del alto de El Portillo, de primera categoría, cuando verdaderamente se desató la tormenta en el seno del pelotón.

Pronto se vio la eficacia del tirón de la ONCE, pues aunque su propio corredor Laurent Jalabert, todavía lejos de su mejor forma física tras la grave caída del Trofeo de Castilla y Leónse quedó atrás, el verdadero perjudicado su el corredor de Banesto Alex Zuelle. El equipo bancario cumplió en esta jornada, situó hombre en el grupo de cabeza, pero también arropó a su líder por detrás.

Mientras, con la ONCE a un ritmo frenético, rayaron a muy buen nivel los corredores del Kelme, con Escartín y Heras a la cabeza, además de Euskaltel o Fuenlabrada, que también estuvieron delante, o Vitalicio, que aún luchó por la victoria parcial con el demarraje a dos kilómetros de la llegada de Santiago Blanco, que casi sobre la misma línea de meta se vio superado por el ritmo impuesto en el grupo por Ullrich y Olano, en un final ciertamente inusual en una gran ronda.