Vandenbroucke se impuso con un tiempo de 4 horas, 54 minutos y
18 segundos, a una media de 37'6 km/h, con Mikel Zarrabeitia (ONCE)
a 14 segundos y el grupo de Ullrich, que lo formaban siete hombres,
Heras, Beltrán, González de Galdeano, Jiménez, Piépoli y Tonkov, a
veinte.
Como en las dos jornadas precedentes, los indeseados «vampiros»
vuelven a hacer de las suyas y extraen sangre a 33 ciclistas de los
equipos Vitalicio, Kelme Costa Blanca, Riso Scotti, Lampre y
Banesto, ninguno es declarado no apto, como tampoco se produce
ningún positivo en los controles de la decimoséptima jornada.
En esta ocasión, sin embargo, la jornada comienza mucho más
tranquila y no es hasta cumplido el primer tercio de carrera cuando
comienzan las escaramuzas de verdad en el pelotón, con el salto de
dos corredores, Díaz Lobato (Fuenlabrada) y Echevarría (Euskaltel)
en el kilómetro 70, a los que se une y rebasa Díaz Justo (ONCE),
aunque todos acaban juntos, lo mismo que Magnusson (US Postal), que
salta un poco después.
Su ventaja no llegó a ser nunca de la suficiente entidad y
aunque una primera cabeza de puente, con Piccoli, no surtió el
efecto apetecido de la neutralización, las primeras rampas de Pedro
Bernardo, alto de primera categoría, sí lo consiguieron.
Ahí, subiendo a Pedro Bernardo ya se hizo una primera selección,
en la que quedaron 22 corredores, que después neutralizaron a los
cuatro escapados y en la que estaban todos los ciclistas
importantes de esta edición de la Vuelta.
Por la ONCE se colaron en el grupo Cuesta, Serrano y
Zarrabeitia, Beltrán, Jiménez, Osa y Piépoli lo hicieron por
Banesto, Vandenbroucke y Lelli del Cofidis, que además ejercieron
clarísimamente de gregarios para Ullrich (Telekom), con los que
también iban Chaurreau, Del Olmo y Laiseka (Euskaltel), Heras y
Uría (Kelme), García Casas (Festina), Tonkov y McRae (Mapei), Zberg
(Rabobank), Mazzoleni (Saeco), Blanco e Igor González de Galdeano
(Vitalicio).
Tras una primera e importante criba en Pedro Bernardo, llegaba
casi seguido el alto de Serranillos, igualmente de primera
categoría, en donde vuelve a escaparse Serrano, al que sigue el
vencedor de ayer, Roberto Laiseka y, poco después, a unos 40
kilómetros de meta, se les une Mazzoleni. Pero tampoco su aventura
cuajó, los intereses del grupo en el que iba Jan Ullrich eran
demasiado grandes y salvo un tirón de Vandenbroucke en la bajada de
Navalmoral, que le permitió lograr unos metros de ventaja, nada iba
suceder hasta llegar bajo las murallas de Àvila. Ahí, en el pequeño
repecho de «pavés» que accede al centro de la ciudad, Zarrabeitia
vuelve a intentarlo, pero tras su rueda se van Vandenbroucke y José
María Jiménez. El belga llega hasta el español y los supera con
extrema facilidad. Su victoria, a un kilómetro de la llegada, es ya
inapelable y el belga lo sabe y comienza a celebrarlo.
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