El Real Madrid toma el mando del grupo (3-1)

LUIS VILLAREJO - MADRID
El Real Madrid toma ya el mando de su grupo en la Liga de Campeones y lo hace sin forzar la máquina, con una idea aún en construcción, y después de derribar al Oporto, un equipo que, por calidad, dista mucho de los hombres de John Toshack. Y ése es quizás el mejor aliento para los madridistas. Que sin explotar aún, van a pasar a la siguiente fase sin despeinarse. El Real Madrid firmó su mejor partido desde el mes de agosto, con Iván Helguera como punto de referencia más sobresaliente. Un error absurdo de Bizarri obligó al Real Madrid a sacar toda la casta. Jugaba el Madrid su mejor partido desde el inicio de la temporada. Caminaba el partido por el minuto 23, Morientes había resumido la notable noche de su equipo con un hermoso gol, elaborado entre Raúl y él, cuando llegó el latigazo de un Oporto en forma de fallo de Bizzarri y llegó el empate.

Pero ni Deco ni Capucho, lo mejor del Oporto, tocaron bola. Helguera rebaña todo lo que puede dejar Redondo, más vertical esta noche que en anteriores ocasiones. Y además, Iván Helguera tuvo llegada. El 2-1 dio alas a Helguera para creerse él mismo que se muestra de sobra capacitado para llevar la batuta del Real Madrid. El Madrid plantó cara y deleitó cuando jugó a la primera. Cuando Raúl y Morientes buscaban la pared. En cambio, Savio, la estrella de otros días, abusó de la acción individual.

Vitor Baia revivió buenos tiempos. A los 50 minutos sacó una volea increíble a Michel Salgado. En la segunda mitad, McManaman se ofreció y triunfó hasta que sintió un pinchazo y se fue a la caseta. Entró entonces Clarence Seedorf al césped. Tras un mes de lesión, el holandés fue recibido como un auténtico héroe por los aficionados. Seedorf se echó a la derecha, donde dirimió la noche con Esquerdinha. El Oporto se encontró además con un penalti en contra después de caer en el área Roberto Carlos por una entrada de Peixe. Fernando Hierro asumió el penalti y con su gol dejó sentenciado el partido.