Llegó sin hacer ruido y de la mano de su amigo Fernando Vázquez.
Sencillo, reservado y amable, Manuel Pombo, todo un catedrático de
la preparación física, toma el relevo a poco más de un bienio de
docencia de los profes argentinos.
No es fácil coger a un equipo con la temporada ya iniciada, e
incluso se ha llegado a hablar de una segunda pretemporada vivida
en poco más de un mes y medio por parte del Real Mallorca. Pero
Pombo confía ciegamente en la labor desempeñada y en la
recuperación de «un equipo que desde el partido contra el Deportivo
demostrará una mayor capacidad física y de respuesta. El grupo se
estabilizará a partir de asimilar el trabajo que hemos
desarrollado. En el fútbol, el plano físico va con el técnico y con
el táctico, y es a partir de ahí como se justifican los resultados,
y todo está relacionado».
Sin duda, el brusco cambio en la dirección técnica del Real
Mallorca se ha visto reflejado en sus jugadores. «En toda la
sociedad, cuando hay un cambio de dirección en cualquier empresa,
se da una inercia al cambio, y hasta que se rompe esa inercia, el
organismo sufre en exceso. Nosotros hemos llegado y tenemos una
forma de trabajar, y en un primer momento, los jugadores acusan ese
cambio de forma de entender la labor, y entra un poco más de
fatiga, haciendo que el organismo no esté tan acostumbrado, pero
cuando empiezan a adaptarse al trabajo nuevo, vuelve a salir a la
luz la capacidad del jugador», concluyó Pombo.
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