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Rufete, Luque, Fernando Sanz..., llega el Málaga. Después de sobrevivir a una desaparición, un cambio de linaje y a un proyecto fraguado en varios ciclos, el club que preside Fernando Puche se ha instalado en la máxima categoría nacional con descaro. Pero será un partido especial para estos tres jugadores. Todos tienen algo en común con el equipo balear.

Rufete afirmó ayer que no tiene «nada que demostrar en la isla». «Es más, cuando uno se va de un lado donde no ha jugado y va a otro donde sí cuentan con él, el pasado queda muy lejos», señaló. Para uno de los jugadores más regulares del Málaga en la pasada temporada y que está volviendo a entrar en el equipo titular en la presente, el objetivo del conjunto que dirige Joaquín Peiró será «ganar, como ya sucedió la pasada temporada contra el filial en segunda división».

Por su parte, Luque, que ya jugó contra el Málaga la pasada temporada en el filial mallorquinista, indicó que «volver allí representa ver a los amigos» y, sobre todo, enfrentarse a un equipo donde le trataron «perfectamente». «Quiero que gane el Málaga, aunque esto pueda representar un gran palo para muchísimas amistades», afirmó. Sanz fue más explícito: «Tenemos ansiedad y necesidad de ganar fuera de casa de una puñetera vez», señalaba el hermano del rojillo Paco Sanz.