En Inca nadie sonríe. Tres derrotas consecutivas han empujado hacia
abajo al grupo de Olmos y quebrar la dinámica perdedora en la que
se encuentra atrapado se ha convertido en una necesidad. Desterrado
a la quinta posición, entrenador y jugadores deberán valerse por sí
mismos. El club ha reiterado que no habrá ayuda externa y contratar
a un nuevo cinco "petición que formuló el propio Paco Olmos tras el
despido de Félix Herraiz" es inviable. «Ahora mismo no podemos
asumir el fichaje de otro jugador porque no hay presupuesto para
ello. A todos nos gustaría mejorar, pero si fichamos los números no
nos cuadrarán y esto sería bastante grave», recordó una vez más
Sebastià Penya.
El máximo mandatario de la gestora del Bàsquet Inca reconoció
que la derrota de Maó ha generado «cierta preocupación en el seno
de la entidad; no por el hecho de haber perdido en Menorca, una
pista muy complicada, sino por el bagaje de las tres últimas
jornadas. Es normal que la gente esté preocupada y está claro que
esto sólo se arregla de una forma: ganando».
Sebastià Penya no ocultó la trascendencia que ha adquirido el
partido que albergará el Palau el próximo domingo. «Ante el Badajoz
no podemos fallar y estoy convencido de que nos reencontraremos con
la victoria. Será un partido complicado porque nos enfrentaremos a
un equipo construido para estar arriba, pero el Bàsquet Inca ha
demostrado que puede ganar a cualquiera. Además, en el equipo hay
gente experimentada y con calidad para salir de este pequeño bache.
La afición responderá y el equipo también».
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