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Tomás Gibert ha abandonado el conjunto de La Salle juvenil que milita en la Liga Autonómica denunciando presiones de la junta directiva. El técnico mallorquín, que cumplía su segundo ciclo en el equipo colegial, señalaba ayer que «después del partido del pasado domingo ante el Mallorca el presidente y el responsable del área deportiva del club me citaron para tratar la problemática de un componente de la plantilla, el hijo del vicepresidente, que no viene jugando habitualmente. Me dijeron que su padre aporta mucho dinero a la entidad y que debía tener algo más de tacto con él. Es decir, me impusieron que jugara porque ellos consideraban que las aportaciones que este hombre hace a La Salle es mucho más importante que cualquier decisión técnica».

Gibert aseguraba que «está claro que no tiene nada que ver con un tema deportivo, porque el equipo se encuentra entre los mejores de la categoría y todo se reduce a unas presiones extradeportivas que no estaba dispuesto a aguantar. Creo que es lógico que cualquier entrenador presente la dimisión en estas circunstancias. Es algo que nunca me había sucedido como técnico».

Tomás Gibert, que dirigió en una anterior etapa al Mallorca juvenil de División de Honor, significaba que «ya tuve un enfrentamiento con Joan Amer (padre del jugador y vicepresidente) al llegar al club, cuando su hijo jugaba en el juvenil B. Sin embargo, siempre he sido muy respetuoso con el chico y por eso lo subí al primer equipo. No he creído conveniente que disponga de más minutos esta temporada y eso es todo. Esto es ilógico».