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Àlex Crivillé y Emili Alzamora, ambos pilotos de Honda, recibirán en el circuito surafricano de Welkom el banderazo de salida a sus aspiraciones de reeditar los títulos mundiales de motociclismo de 500 y 125 c.c., respectivamente, que consiguieran la pasada temporada. Mientras que en el «mosaico» español pocas han sido las variaciones, en el panorama internacional se han producido diversas modificaciones que dejan la competición más abierta que nunca y con no pocos candidatos a estar en la lucha a cada gran premio por «amargar» la consecución de un segundo título a los pilotos españoles. La retirada del australiano Michael Doohan y el título de Àlex Crivillé no han sido argumentos suficientes para colocar al piloto español como el principal candidato a la victoria en el año 2000. Su campeonato mundial de 1999, el primero de un español en la máxima cilindrada, no tiene el peso suficiente como para dejar de lado a otros rivales. El estadounidense Kenny Roberts (Suzuki) o el italiano Max Biaggi (Yamaha), a los que sin duda se unirá la joven promesa italiana Valentino Rossi, que aglutinará en su equipo la ambición de su juventud y el conocimiento del cuadro técnico que durante cinco años aupó al primer puesto del podio al australiano Michael Doohan, que será el director deportivo del mismo, serán rivales más que peligrosos para las aspiraciones de Crivillé.