Diego Tristán, que en la imagen aparece en el suelo, no tuvo su mejor día, aunque fue el autor del único tanto mallorquinista.

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El Real Mallorca perdió el segundo partido de Liga en su estadio y cerró una semana negra. Vázquez contó en esta ocasión con el equipo de gala pero no pudo dotarlo de la motivación necesaria para plantar cara a un Racing que sin hacer nada del otro mundo superó a la escuadra balear por un gol a dos.

Faltó chispa, garra, brillantez, ideas y finalización. El Mallorca abre una crisis de resultados importante aunque se mantiene en la zona templada de la clasificación.

En la primera parte las oportunidades de gol o, como mínimo las aproximaciones a las áreas, fueron casi constantes, aunque tanto un equipo como otro más que correr, caminaban sobre el césped.

Hasta el minuto 24 los ataques se impusieron a las defensas. Los rojillos tuvieron opciones, pero se mostraron incapaces de batir a un portero cuya coordinación con su defensa era nula. Hasta en cuatro ocasiones el equipo balear puso en aprietos al sustituto de Ceballos, pero la bola no quería entrar. Eto'o protagonizó la más clara acción al disparar al puerta con el portero batido, pero su disparo flojo fue rechazado por Arceno cuando el esférico estaba a punto de entrar.

Con el paso del tiempo el Mallorca empezó a especular y los de Santander, sin hacer nada del otro mundo, confiaban la bola a Munitis y Salva para que intentasen perforar la meta de Franco.

El arquero bermellón volvió a firmar intervenciones de mérito a disparos de Colsa (min. 04) y Vivar Dorado (min. 12). El público empezó a protestar y el Racing se dio cuenta que metiendo un poco más de fe podía batir a Leo. Como en jugada se veía poco capacitado, lo intentó a balón parado. Manjarín lanzó un libre directo desde la media luna y el esférico golpeó en la cabeza de Siviero y la pelota se incrustó directamente en la meta del portero mallorquinista. Vázquez empezó a escuchar las quejas del respetable y se percató que no sólo es cuestionado por la planta noble sino también por el graderío.

A partir del gol poco o nada. El Racing no fue capaz de machacar y el Mallorca empezó a deambular. Faltaba orden, criterio e ideas y lo mejor era que llegase el descanso. En la reanudación, Ibagaza dio algo de vida al equipo, pero se diluyó pronto. El colegiado dejó de señalar dos claros penaltis, uno a Eto'o y otro a Diego y el Racing, a ralentí, amplió el marcador marcando un gol de tiralíneas por mediación de Munitis. Al final Diego acortó distancias pero ya no hubo tiempo para más. El Mallorca refleja un claro encefalograma plano.