Derrota, drama y silencio en Son Moix. El Real Mallorca perdió
frente al Espanyol y vistió de negro su más inmediato futuro. El
uno a tres final dejó al público de Son Moix sin posibilidad de
reacción, mientras que los futbolistas se miraban los unos a los
otros sin saber exactamente qué hacer ni qué decir. Los de Vázquez
mejoraron en actitud, gozaron de oportunidades, pero volvieron a
pecar de falta de definición.
Los primeros instantes empezaron con dudas por parte del Real
Mallorca. El Espanyol aprovechó esta circunstancia y sacó beneficio
de los primeros cinco minutos de descontrol que protagonizó el
equipo rojillo. Una penalti de Stankovic sobre De Lucas en el
interior del área fue señalado por Iturralde González y Galca no
perdonó a Franco y situó el cero a uno.
El Espanyol había sacado partido de un inicio renqueante por
parte del rival, aunque con el gol a favor los papeles se
intercambiaron y el Mallorca empezó a mandar y a dominar en la zona
ancha. Con el cero a uno los de Vázquez despertaron de su letargo y
empezaron a llegar con peligro a las inmediaciones de la meta de
Cavallero. Lauren ejercía de carrilero y llegaba con peligro a la
línea de fondo, Carlos estaba muy activo y siempre con la caña a
punto, mientras Miquel Soler también intentaba llegar por su banda
trabajando conjuntamente con Stankovic. Ibagaza se movía con
relativa libertad y el gol se intuía en favor de los locales. Un
cabezazo al larguero de Nadal fue el presagio del tanto
mallorquinista.
Engonga dibujó en el minuto 22 una asistencia perfecta y
magistral buscando a Samuel Eto'o, que leyó muy bien el pase y no
perdonó frente al guardameta argentino. Con el empate a uno, el
Mallorca siguió mandando y el Espanyol apenas inquietaba a Leo
Franco.
En la segunda parte el drama sobrevoló Son Moix. El Mallorca
intentaba manejar el partido, pero falló en momentos clave, como
por ejemplo cuando, con el empate a uno, Carlos erró una ocasión
cantada en un mano a mano con Cavallero. Del posible dos a uno se
pasó a todo lo contrario. El Espanyol iba ganando terreno ante las
dudas de los mallorquinistas. En el minuto 71 el cuadro catalán se
adelantó de nuevo en el marcador, al conseguir Roger finalizar una
asistencia perfecta de Navas. Fernando intentó reaccionar, movió el
banquillo, pero nada dio resultado. Manel se encargó de cerrar el
partido y de sembrar de dudas a la institución balear.
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