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Nueve meses y medio alejado del mundo le han reportado a Carlos Roa una gran paz de espíritu, un enorme deseo de conjugar su vivencia religiosa con la pasión por el fútbol. Y doce kilos de más. El ex portero, que compareció en Mar del Plata visiblemente pasado de peso, anunció que la próxima semana emprenderá una larga y dura concentración a fin de recuperar cuanto antes el mínimo de forma y recobrar una imagen digna en su vuelta a la competición. Régimen estricto e intenso entrenamiento durante noventa días como requisito indispensable para solicitar su readmisión en el Mallorca. Roa puede acabar aborreciendo su apodo.

La conmoción que ha suscitado en Argentina el breve retiro de su ídolo ha llevado a la prensa de aquel país a publicar cualquier cosa referente al guardameta. Es el todo sobre Roa. En su edición de ayer, el diario «Olé» informaba con gran detalle el plan de trabajo del guardameta (ver gráfico en esta página) que comenzará el próximo día 16. Nada mejor para un adventista que empezar a trabajar en domingo. En su «pretemporada» de Mar del Plata, Roa estará dirigido por tres especialistas que diseñarán pacelas específicas para su preparación. El técnico de porteros Daniel Lugea "ex compañero y amigo de Eduardo Basigalup" será el coordinador del equipo de trabajo. Según el plan diseñado, Roa no tocará su primer balón hasta pasados quince días. Primero se someterá a sesiones de entrenamiento aeróbico con la finalidad de ganar progresivamente fondo físico. En una segunda fase, el portero pasará a ejercitarse en un campo de fútbol y a analizar jugadas y secuencias de partidos. A partir de ese momento el objetivo será recuperar ritmo de juego. Si el plan de Lugea funciona, el próximo mes de julio Roa podrá dedicarse al Mallorca en cuerpo y alma.