Ante un público expectante, en el que se encontraba la presidenta
del Consell de Mallorca, María Antònia Munar i Riutort, el alcalde
de Felanitx, Miquel Riera i Nadal, el responsable de deportes del
CIM Mateo Sedano, y el presidente de la Federación Española de
Ciclismo, Manuel Pérez, entre otros, el ex campeón del mundo
Guillermo Timoner volvió a enfundarse el maillot arco iris de
número uno, se puso el casco de fabricación casera que utilizó
durante toda su carrera deportiva y se subió a la bicicleta con la
que conquistó el primer título mundial en el Velódromo Vigorelli de
Milán (Italia) en 1955.
De este modo tan original, que a muchos de los presentes les
devolvió a los viejos tiempos del desaparecido Velódromo de El
Tirador de Palma, Timoner hizo entrega para el Museu de l'Esport de
Mallorca que se está creando en el Centro Cultural La Misericòrdia
de la moto stayer que perteneció a Antonio Ferrá detrás de la cuál
Timoner lograría grandes hazañas deportivas. Maria Antònia Munar,
principal impulsora de este proyecto del Museu de l'Esport,
agradeció el gesto de Guillermo Timoner asegurando que esta moto
stayer será una de las piezas más valiosas de las que van a
exhibirse en el recinto que reunirá la historia del deporte
mallorquín en los próximos meses, una vez finalizadas las
obras.
Vista con los ojos de hoy parece arcaica, anacrónica incluso.
Pero esta moto stayer que perteneció a «mestre» Ferrá, es, quizá la
motocicleta con mejor curriculum de las que hayan rodado por los
velódromos mallorquines, antaño también boyantes porque los había
en Palma, Campos, Artá y Algaida. Había, para ser exactos, muchos
velódromos, grandes ciclistas, pero pocas motos stayer. Antonio
Ferrá era propietario de una de ellas, esa que Timoner acaba de
donar al Museo de l'Esport de Mallorca.
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