Pese a la ventaja que cobró el miércoles en la eliminatoria, en
el Inca todo son rostros desmesuradamente serios y gestos de
tensión únicamente perceptibles en época de playoff. «De momento no
hemos conseguido nada, esto es muy largo y relajarse sería tan
absurdo como contraproducente», ha advertido el técnico mallorquín,
quien aboga por «seguir respetando a un rival que en casa es muy
incómodo y que en la fase regular ha ganado más partidos que el
Inca».
No obstante, tras el discurso de Olmos y los propios jugadores
subyacen grandes dosis de tranquilidad. Drac Inca sabe que se ha
ganado el derecho a sentenciar este cruce de octavos de final en el
Palau, fundamentalmente porque su armamento es muy superior al del
Cajasur. En el primer envite cobró tangencia una lectura que
resultaba obvia. El equipo andaluz tiene un corazón enorme y
practica un baloncesto huérfano de complejos, pero el talento y el
oficio casi siempre acaban imponiéndose y en este aspecto la
diferencia entre Cajasur e Inca es enorme. Lou Roe (21 puntos, 12
rebotes y 6 tapones en el primer partido) ha dejado claro que es un
jugador imprable en esta Liga, un gran factor de desequilibrio al
que también debe añadirse el gran momento de forma de Nacho Yáñez y
el propio Luis Merino, clave en el primer triunfo mallorquín en el
playoff. Fiel a su manual, Olmos optó por dar máximo protagonismo a
los hombres que han rehabilitado al equipo en la recta final de la
fase regular. Rubchenko y Alzamora, por ejemplo, están llamados a
ser importantes, pero en el partido del miércoles gozaron de muy
pocos minutos.
Ante el partido de hoy, los antecedentes y los propios números
vuelven a proyectar al Drac Inca como el gran favorito. Cajasur
tiene toda la presión y su comportamiento ante una situación
extrema es una incógnita. Los mallorquines, por contra, han
demostrado que ofrecen su mejor cara ante retos importantes.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.