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Juan Ramón López sólo piensa en sumar. El técnico del filial apunta al triunfo como única vía para acercarse al ascenso, como objetivo primario para disputar la segunda etapa de la competición. Es el preparador andaluz optimista por naturaleza y una de sus principales virtudes ha sido hasta ahora endulzar el vestuario de un equipo fracturado tras el descenso del curso anterior. Así, el sevillano significaba tras el entrenamiento de ayer que «por nuestra mente sólo pasa ganar al Hospitalet».

Juan Ramón afirma «tener muchas y buenas sensaciones» para un partido de este calibre y trascendencia. El entrenador del Mallorca B señalaba que «lo único que nos puede dar la entrada en la fase de ascenso es la victoria y el resto no depende de nosotros». El Hospitalet no se juega nada en el envite ya que ha asegurado la permanencia y sólo las primas le darían motivación.

El conjunto balear ha trazado una trayectoria inmaculada en la segunda vuelta "sólo ha perdido un partido ante el Figueres" y a pesar de todo no depende de sí mismo para clasificarse: «la línea que lleva el equipo es impresionante, pero podemos pagar el irregular primer tercio que atravesamos. Tenemos un grupo muy joven y que debía adaptarse a la categoría y que ha demostrado su calidad en la segunda vuelta, que ha sido extraordinaria. Creo que, con 4 ó 5 puntos más que debimos sumar, ahora no estaríamos pendientes de nadie», agregaba.

La baja de Miki en la portería es uno de los principales problemas con los que se encontrará el técnico del conjunto mallorquinista el domingo (18.00 horas) para medirse al cuadro catalán; «tengo plena confianza en Oliveira "portero brasileño que jugó los primeros partidos de Liga y que luego quedó relegado al banquillo" porque tiene unas grandes condiciones. El jugador lleva mucho tiempo esperando una oportunidad y ahora se encuentra con una. Va a jugar el domingo y, si tiene una buena actuación, podría tener continuidad», explicaba Juan Ramón López.

El preparador andaluz espera una gran respuesta de los aficionados en el Lluís Sitjar ante la trascendencia del encuentro.