Valladolid y Mallorca deambularon durante la primera parte por el
verde del estadio vallisoletano y confirmaron que, si al fútbol le
falta motivación, ya no queda nada; aunque las intenciones sean las
mejores. El Valladolid jugaba sin fe y con pocas ideas. El Mallorca
tampoco exhibía un juego fluido y, al igual que el rival, se
conformaba con ir en tercera, sin forzar en exceso ni arriesgar más
de la cuenta. Con un par de disparos desde fuera del área por parte
de ambos conjuntos se cerró una primera parte tediosa y aburrida,
una primera mitad sin historia porque nadie hizo nada para escribir
un guión mínimamente interesante.
La segunda mitad sufrió un cambio, sino espectacular, al menos
los goles hicieron acto de presencia. Ambos equipos despertaron
tímidamente de su letargo. Diego lo intentó nada más empezar,
también lo hicieron después García Calvo y Caminero y fue el ex
jugador del Atlético quien, un cuarto de hora después de la
reanudación, dibujó una perfecta vaselina sobre Franco y la pelota
buscó acomodo en la redes quitando las telarañas de la escuadra
derecha y situando el uno a cero en el marcador.
El partido se fue abriendo poco a poco y los dos conjuntos
querían obsequiar a los aficionados con dosis de juego algo más
alegre que el visto hasta el momento. Fernando Vázquez movió el
banquillo y dio entrada a un Carlos, que está en vena goleadora, y
que sustituyó a Stankovic.
El rápido ariete de Mairena entró con las pilas puestas y quería
darle un poco de ritmo al encuentro. Poco después de meterse en el
campo tuvo una primera oportunidad pero a la segunda fue la
vencida. Armando envió un certero pase a Carlitos que de fuerte
disparo cruzado batió a Ricardo y estableció el empate a uno.
El tiempo iba pasando y Gregorio Manzano dio entrada a Eusebio
Sacristán, un histórico en las filas del Valladolid que salió como
siempre con la sonrisa en la boca y con ganas de gustar. Y vaya si
gustó. Con el empate a uno el ex jugador del Barcelona envió un
misil tierra"aire que se situó directamente en las redes de un Leo
Franco que lo único que pudo hacer fue mirar como la pelota salía
disparada a mil por hora y se metía en su portería.
Sin tiempo para más el colegiado señaló el túnel de vestuarios.
El Mallorca acabó con una racha espectacular de cinco partidos sin
perder y sin encajar gol alguno. Zorrilla acabó con la trayectoria.
Ahora ya sólo queda cerrar esta apática Liga ante el Atlético.
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