Clima veraniego, instalaciones cómodas, una tranquilidad relativa y
un buen hotel en pleno campo. La selección alemana ha elegido lo
más parecido a un balneario para afrontar la recta final de su
preparación ante la Eurocopa de Bélgica y Holanda, una cita a la
que el combinado teutón llega plagado de dudas y con su título de
vigente campeón completamente apolillado.
Son Moix y Son Vida se convertirán durante una semana en el
escenario donde busca la regeneración a marchas forzadas este grupo
condicionado por un pasado esplendoroso y, sobre todo, por el peso
de los años "la media de edad de la plantilla es de veintinueve,
con mención especial para los casi cuarentones Matthaeus y
Hassler". Permanentemente criticado a causa de esa apuesta por las
canas, el técnico Erich Ribbeck ha armado un equipo donde la
columna vertebral la aporta al Bayern de Munich (Alemania aún no ha
digerido que Matthaus se haya ido a Nueva York) en colaboración con
el Bayer Leverkusen. El resultado: un elenco de jugadores donde se
dan cita nombres mitológicos con aislados valores en alza como el
centrocampista del Hertha Berlin Sebastian Deisler; el rendimiento:
una incógnita.
Las aspiraciones de Alemania en la Eurocopa son vistas con un
gran escepticismo por parte de la prensa del país, que ve al equipo
con escasísimos argumentos para defender el título. «Los jugadores
son muy viejos y se ha desaprovechado una buena oportunidad para
hacer un buen relevo», señalaba ayer en Son Moix un periodista de
«Die Welt». Hasta Ribbeck elude cualquier atisbo de triunfalismo.
Preguntado sobre su impresión de España, el seleccionador alemán no
dudó en calificarla como una de las favoritas: «Tiene una gran
plantilla y creo que puede hacer un gran papel en esta Eurocopa»,
afirmó un Ribbeck que se limitó a confiar en que Alemania consiga
engrosar su palmarés.
Pese a las incógnitas, la estancia de la selección germana en
Mallorca ha convertido Son Moix en el epicentro de un espectacular
despliegue de medios de comunicación. Sólo una cadena de
televisión, la ZTF, ha desplazado a la Isla a ochenta personas y se
calcula que alrededor de ciento cincuenta periodistas cubrirán el
«stage».
Y en medio, el Mallorca. El club bermellón fue objeto de elogios
por parte de Ribbeck y del cuerpo técnico alemán, que mostraron su
gratitud por las instalaciones (Son Moix y Son Bibiloni). Por lo
que respecta al equipo, entrará en escena mañana por la noche, con
la disputa de un encuentro que es amistoso sólo si se ve desde el
lado rojillo ya que para Ribbeck supondrá una nueva prueba de fuego
antes del partido del próximo sábado frente a la República Checa en
lo que será una reedición de la final de Inglaterra 96.
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