La atípica carrera, tan sólo 102 kilómetros completamente
planos, se inició con un bonito gesto del pelotón al dejar que
Angel Vicioso (Kelme), descalificado por los comisarios, saliera el
primero con los brazos en alto durante unos 50 metros. Guidi
invirtió un tiempo de en 2 horas, 27 minutos y 34 segundos en
completar la jornada, el mismo que el pelotón principal, en el que
estaba el líder Francesco Casagrande, por lo que la general no
sufre cambios en sus primeros puestos. Después del «intergiro», en
el kilómetro 70, el pelotón avivó el ritmo, produciéndose un corte
con siete corredores en cabeza, ninguno de ellos peligroso en la
general, aunque buenos rodadores como son los italianos Elio
Aggiano y Maxilimiam Sciandri.
En ese tramo final, los que más trabajaron fueron los equipos
Polti y el Kelme de Vicioso, pero ninguno consiguió colocar a sus
velocistas primero en la línea de llegada y sí un astuto Fabrizio
Guidi, que se puso a rueda de Conte, el nuevo líder en las llegadas
masivas al no estar Cipollini y, haciendo lo justo, lo superó.
Guidi no tuvo mayores problemas para hacer valer su golpe de pedal
en los metros finales y superar al holandés Steven de Jongh y al
«ganador» de la jornada anterior, el también italiano Biagio Conte,
mientras grandes especialistas en llegadas masivas, como los
Svorada, Martín Perdiguero, Martinello y Blijlevens, acabaron
varios puestos después.
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