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La comparecencia de Fernando Giménez ante el pleno de Cort permitió conocer algunas grandes cifras de la Universiada, pero sobre todo dio pie a que Antoni Roig y Joan Fageda se enfrascaran en su enésimo combate dialéctico con el emblema de los Juegos al fondo. Desde que en 1994 se creara la Fundación Juegos Mundiales, siempre se ha seguido el mismo guión: Giménez hace de telonero y luego comienza el intercambio de golpes entre el PP y la oposición.

Acompañado por sus dos inseparables colaboradores "el director de operaciones, Luis Prieto y un proyector de diapositivas" Giménez hizo un rápido repaso de la historia de la Universiada donde recordó las dificultades financieras que afrontó el evento hace poco más de un año y los retrasos de las obras con las consiguientes renuncias a las pruebas test previstas para el estadio de Son Moix y el complejo de Son Hugo. «La Universiada fue un éxito total y no recibimos ni una sola queja». El presidente de la comisión ejecutiva respaldó con cifras su positiva lectura del acontecimiento y ofreció un avance que supo a muy poco a la oposición, pero que sirvió para conocer algunas grandes cifras: por ejemplo, que el coste total de la Universiada es de 15.176.289.000 pesetas, cantidad que supera en tres mil millones las previsiones que se barajaban hace sólo dos años y que incluye una desviación de casi seiscientos millones de los que la Fundación prevé recuperar la mitad en concepto de devolución de Hacienda (ver gráfico superior).

Y después de los números llegaron las palabras. Apenas concluido el turno de Giménez, el socialista Toni Roig criticó a la Fundación que, un año después de la clausura de los Juegos, no estuviera en disposición de presentar las cuentas. Roig, que aireó una batería de recortes de prensa sobre los aspectos más negativos de la Universiada, recriminó a Fageda la falta de transparencia en el capítulo económico: «Con los números puede hacer usted toda la ingeniería que quiera pero el problema de fondo es explicar a la gente qué se ha hecho con el dinero. Parece que no tienen ustedes prisa por explicarlo, como no tienen prisa por mostrar los salarios», señaló Roig en referencia a la informaciones donde se revela que de los 50 millones de pesetas del presupuesto de la Fundación para el 2000, más de dos tercios van a parar a sueldos.