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El Real Mallorca del 2000 empezó ayer a trabajar. Lo hizo en Son Moix, bajo un sol asfixiante y con Luis Aragonés compartiendo protagonismo junto a Carlos Roa que sin quererlo ni exigirlo, se ha vuelto a convertir en la máxima estrella del conjunto bermellón. El ritual de las pruebas analíticas y de peso abrió el telón de una temporada que se presenta dura y larga. Aragonés dispone de 31 hombres en el primer equipo, sin contar a Tristán, que ayer no entrenó, aunque continúa siendo futbolista bermellón.

Cinco hombres del filial: Guiza, Robles, Novo, Romerito y Cordero, estuvieron en el primer entrenamiento. También los repescados Luque, Lago y, sorprendentemente, Chupa López. Marcos y Josemi fueron las principales caras nuevas, mientras que las ausencias las protagonizaron Burgos, que se encuentra con su selección, y Engonga y Stankovic, ambos con permiso hasta el próximo 21 de este mes. La mañana transcurrió con tranquilidad y Aragonés realizó la primera toma de contacto con los que serán sus futbolistas aunque, debido al elevado número de efectivos, se presume que habrá más de una baja de aquí al diez de septiembre, fecha en la que dará inicio la Liga en Primera División.

En el capítulo deportivo todos los futbolistas están a disposición de Luis y sólo uno, Fernando Niño, no dispone del alta médica aunque está muy cerca de volver a estar al cien por cien. Biagini, Quinteros y Djokaj están recuperados y únicamente Siviero ha regresado con ligeras molestias en la espalda. Lo más positivo, la ilusión con la que arranca el grupo. Lo más negativo, la situación de Ariel Chupa López que se mostraba molestos por la falta de comunicación que tuvo el club en el día de ayer.