El nuevo proyecto echará a rodar esta noche en Huelva. Se acabaron
las pruebas para un equipo que bautizará el curso enfrentándose a
un pedazo importante de su pasado más reciente. La presencia de
Paco Olmos en el banquillo andaluz ha convertido el estreno del
Drac Inca en la Liga en una cita especial, sobrecargada incluso por
la presencia en el bando contrario de otro tipo que caló hondo en
Mallorca, Rafa Monclova.
Rostros conocidos al margen, el grupo de Abós afronta su primer
partido de la temporada entre excitado y cauto. Huelva es un equipo
que administra mucho talento y llamado a codearse con la
aristocracia. Durante el verano ha dado sobradas muestras de su
poder, aunque su baloncesto no ha adquirido todavía el equilibrio
que pretende su entrenador, un problema que también afecta al Drac
Inca. El cuadro mallorquín ha rubricado una pretemporada poco
fiable. Sus atascos en el juego estático han sido continuos, aunque
también ha mostrado cosas interesantes, por ejemplo, la profundidad
de su banquillo y la solvencia de su pareja de extranjeros.
El conjunto de Abós, que desde anoche se encuentra concentrado
en Huelva, afronta el duelo provisto del margen de error que se
concede siempre a los equipos que arrancan lejos de su cancha,
aunque esta temporada los partidos de la fase regular duplican su
valor: sólo los ocho primeros clasificados jugarán los playoffs
para luchar por el título.
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