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La fiabilidad del tratado de intenciones expuesto por el Drac Inca en los albores del curso será sometido en los próximos días a un chequeo que puede resultar revelador. El grupo de Abós afronta un tramo del calendario especialmente delicado y que proyecta dos partidos consecutivos en su principal centro de operaciones. Granada y Círculo Badajoz pondrán a prueba la consistencia del Palau d'Esports y también arrojarán datos sobre el estado real de un equipo que ha ofrecido demasiados contrastes en pocas jornadas.

Superar el doble examen que se avecina supondría un salto de calidad evidente: Drac Inca tendría espacio junto a los mejores y disiparía algunas dudas importantes. Decepcionar en casa puede resultar peligroso, entre otras cosas porque el guión que ha elaborado el propio club precisa la solvencia que sólo aportan las victorias.

Los primeros pasos que ha dado la Liga han dejado más o menos claro que Granada y Badajoz están llamados a perseguir cosas distintas. El cuadro andaluz, este año sí, parece estar en disposición de instalarse junto a la aristrocracia. Su juego interior es impresionante y ante Sondeos del Norte y Tenerife Canarias se ha mostrado demoledor, aunque en León (segunda jornada) languideció. Badajoz ha construido un equipo que no dice gran cosa y todavía no se ha estrenado.

La teoría dice que Drac Inca no debe tener excesivos problemas para supera al equipo de Martín Fariñas, pero el primer reto se llama Granada. El equipo de José Luis Abós sólo ha jugado un partido en casa (Ulla Oil), pero es donde ha ofrecido su mejor cara y también donde ha logrado el único triunfo que aparece en su casillero.