Tres salidas, tres fracasos. En las afueras del Palau d'Esports
Drac Inca sólo encuentra ruinas. Huelva, León y Lleida han
confirmado que el grupo de Abós padece una desconcertante
transformación justo cuando abandona su centro de operaciones. Las
consecuencias son tangibles en la clasificación, aunque en la
cancha del Caprabo Lleida se cruzó la línea que separa a una simple
derrota del esperpento colectivo, y eso siempre implica una
reflexión. La hinchada exige respuestas, pero el plantel también
anda confuso.
Willelmo Villar, Luis Merino y Llorenç Mons, tres de los
jugadores consultados por esta redacción, expusieron sus
conclusiones, aunque sin excesiva convicción. Eso si, todos
coinciden en subrayar que el equipo mejorará sus prestaciones a
medida que acumule trabajo. «El análisis siempre tiene que ser
global, aunque a título personal considero que nuestro problema
fuera de casa es de dureza mental. En el Palau nos sentimos muy
arropados y para ganar fuera tienes que dar el doble. Cuando
encajamos un parcial de 9-0, por ejemplo, en casa nos levantamos y
fuera nos hundimos. Evidentemente no tengo la solución, pero espero
que lo de Lleida sirva de lección», expuso Willy Villar.
Merino coincidió con su compañero de vestuario a la hora de
señalar que «lo que ocurrió el domingo debe marcar un punto de
inflexión. Nos falta regularidad, pero es difícil atribuir las
causas de los altibajos que experimentamos cuando abandonamos el
Palau. Yo no quiero buscar excusas, pero también debe tenerse en
cuenta que hemos jugado en canchas muy complicadas y hemos
demostrado que jugando al cien por cien podemos ganar a cualquiera.
Tenemos un buen equipo y cuando en un partido enganchamos una buena
racha, somos imparables».
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