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Cuesta adivinar que este equipo ha desarmado durante los últimos días a las dos grandes potencias que jerarquizan el fútbol nacional. El grupo de Aragonés vive sin inmutarse y después de Chamartín ha expuesto su discurso más frío. El contenedor de elogios con el que se ha visto agasajado el Mallorca parece haber quedado aparcado justo en la puerta del vestuario. Causa extrañeza detectar tanta sencillez en una plantilla que ha tomado impulso en el mismo momento que se veía azotado por las dudas de un calendario que debía enterrarle y que ha acabado alterando cualquier guión preestablecido.

Anoeta es lo único que preocupa ahora a la plantilla del Mallorca tras burlar a la negra historia que siempre le había perseguido en el Santiago Bernabéu. De hecho, los futbolistas se han apresurado a advertir que el compromiso del domingo ante la Real Sociedad precisará de argumentos tan convincentes como los expuestos ante Barça y Madrid. «Considero que será un partido más complicado que los dos últimos que hemos jugado. La Real necesita los puntos de forma urgente y saldrán a morir. Ademas, San Sebastián siempre ha sido un desplazamiento complicado y no nos van a dar facilidades, por mucho que todavía no conozcan el triunfo en su casa en esta Liga», advirtió Marcos, un jugador que parece haberse apropiado de un puesto en el centro del campo balear.

El canterano dejó claro que el Mallorca cometería «un grave error» si sale confiado en Anoeta. «Lo pagaríamos caro si ya pensamos que está todo hecho. Preveo un partido muy complicado y competido hasta el final. Además, han cambiado de entrenador y después de ganar en el campo del Alavés querrán ratificar su progresión en casa y ante su público. Sólo llevamos ocho jornadas de Liga y las diferencias en la clasificación son mínimas».