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80 DRAC INCA: Cabral (10), Stacey (15), Villar (12), Aldama (8), Stuckey (15) "cinco inicial", Dicenta (3), Edu Sánchez (6), Mons (0), Montañana (7), Crespo (0) y Merino (4).
22 de 36 en tiros de 2 puntos. 6 de 11 en tiros de 3 puntos. 18 de 21 en tiros libres. 25 rebotes (21 en defensa y 4 en ataque).
78 TENERIFE: Eppehimer (9), Nembhard (18), Santi Toledo (5), Carlos García (6), Lluís Martínez (19) "cinco inicial", Alex Franco (2), Garrido (0), Yuse García (3), Boada (0) y McCann (16).
31 de 46 en tiros de 2 puntos. 2 de 13 en tiros de 3 puntos. 10 de 15 en tiros libres. 28 rebotes (15 en defensa y 5 en ataque).
ÀRBITROS: Velasco García y Zafra Guerra. Excluyeron por cinco faltas personales a Lluís Martínez (minuto 35) y Aldama (37*).

ALBERT ORFILA
El pulso ante Tenerife representaba algo más que un simple partido, se trataba de cruzar la línea que separa a los equipos mediocres de los que tienen licencia para casi todo. Un tercer cuarto memorable (31-14), una zona que invitaba al suicio y acabó siendo ganadora y dos tiros libres de Miguel Alberto Montañana a dos segundos para el final, prolongaron el agradable aroma que ha extendido Drac Inca en todas sus funciones como local.

Pero el trayecto hacia la confirmación no resultó agradable. Tenerife impuso el ritmo y su estilo durante todo el primer acto. Su gobierno bajo los tableros resultó enorme y las segundas opciones relegaron al Inca a un segundo plano durante un buen puñado de minutos (32-40 en el 19*). Con la brújula en manos de Eppehimer, el cuadro mallorquín se limitó a subsistir a base de pequeños tirones, algunas veces de Cabral y otras de Edu Sánchez. Inca se sentía incómodo y su baloncesto reclamaba velocidad, el problema era de lectura; casi nadie era capaz interpretar el guión y el festín de Lluís Martínez y Robert McCann había abierto una herida significativa.

Todo cambió en el tercer cuarto. El cuadro balear encontró en Javier Crespo al antiMcCann y su equipo se aferró a un concepto que aparece en las primeras páginas de cualquier manual: cerrar el rebote y correr. Así de simple. Con serios problemas en su balance defensivo, el andamiaje del Tenerife se vino abajo de golpe. Apareció Stuckey, Luis Merino hizo mucho en poco tiempo y Villar y Cabral firmaron un par de triples ganadores que elevaron la renta local hasta los 11 puntos (63-54). El partido había dado un giro de ciento ochenta grados en apenas diez minutos y el Inca se sentía ganador. Con una gran parte del triunfo en su mochila, el cuadro balear aposto por ralentizar el partido, pero lo hizo antes de hora. Pudo moverse cinco arriba hasta que el reloj exhibió el minuto 38, pero acabó con el aliento del Tenerife en el cogote. Nembhard, después de birlarle el balón a Villar, equilibró los números a 78 y todo el peso de la victoria acabó recayendo en la muñeca de Montañana. Anotó el valenciano los dos tiros libres cuando el final se encontraba a sólo dos segundos. Ya se puede soñar.