El bombo ha sido generoso con el Real Mallorca. El conjunto de
Tomeu Llompart se medirá en los octavos de final de la Copa del Rey
al Kelme, equipo ilicitano que ha accedido a la segunda fase
después de cerrar el curso en la tercera posición del grupo cuarto.
«Es un rival asequible», asegura el técnico de Inca. El Kelme ha
finalizado la competición por detrás del Goyu-Ryu de Ceuta y del
Real Betis Balompié y sus dígitos no invitan al optimismo. Ha
encajado ocho derrotas a lo largo del campeonato y sus números son
muy inferiores a los que presenta el equipo balear; los rojillos
sólo han perdido tres encuentros. «Siempre hay que tener en cuenta
al rival porque se ha clasificado entre los tres mejores, pero creo
que ocho partidos perdidos son muchos. Si no tenemos desgracias y
todo discurre normalmente, tenemos que lograr el pase a cuartos»,
explicaba Llompart.
Para el entrenador mallorquín, que vivió su época dorada como
futbolista vistiendo la zamarra del Elche, la prioridad es
«afrontar el partido de vuelta con una amplia renta de goles.
Nosotros hemos demostrado nuestro potencial en el Lluís Sitjar y
allí debemos construir el triunfo en la eliminatoria».
El Mallorca ya accedió la pasada campaña a la final del torneo
pero Llompart asegura que «no será un fracaso si ahora caemos en
una eliminatoria previa. En la Copa juegan equipos de un
extraordinario potencial y no va a resultar fácil repetir la gesta
del año pasado, pero que nadie dude que lo volveremos a
intentar».
La principal preocupación del Mallorca es la enfermería. Allí se
encuentran dos de los ejes sobre los que se mueve el equipo
bermellón: Toni González y Roberto.
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