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Todos los rincones del estadio de Son Moix fueron pasto de la parafernalia que lleva consigo la mejor competición del mundo. Desde los inspectores y delegados de la UEFA, hasta los operarios que se encargaron de eliminar toda publicidad ajena a la oficial, y pasando por los técnicos de televisión, nada quedó fuera de su alcance.

Ya desde primera hora de la mañana, Ramón Servalls y Toni «Tatxa» se hicieron con un mando del que poco tiempo se desprenderían. El ambiente de partido se dejó ver desde el domingo, aunque será hoy cuando la temperatura aumente hasta que a las 20:45 eche a rodar una nueva Champions, la más especial para el club rojillo.

La maquinaria dispuesta desde Delegación del Gobierno no es la misma que la que sembró el terror de los hooligans del Chelsea. Serán unos 300 números del Cuerpo Nacional de Policía los que velen por la seguridad en Son Moix y alrrededores, donde se les unirá el dispositivo habitual de seguridad privada del Real Mallorca.

El encuentro no ha sido designado como de alto riesgo, pese a que en las gradas habrá más de mil seguidores británicos "el Arsenal solicitó 825 localidades", unidos a los que se encuentran de vacaciones en núcleos habituales, la mayoría situados en el municipio de Calvià. Más de 300 periodistas darán fe del bautismo entre los campeones del Mallorca, desbordando todas las expectativas en una noche mágica.