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Efe COPENHAGUE El estadounidense Mike Tyson logró ayer una nueva victoria en su camino hacia la pelea por el título mundial del peso pesado, al imponerse por decisión arbitral en el séptimo asalto al danés Brien Nilsen.

El enfrentamiento entre Tyson y Nilsen, pactado a diez asaltos, no hizo otra cosa que confirmar que era un trámite obligado para el ex campeón del mundo en su intento de pelear de nuevo por el título de los pesos pesados y reverdecer pasados laureles.

Así por lo menos pareció tomárselo el propio Tyson, que se mostró muy apático en su boxeo, limitándose a lanzar golpes aislados sin ninguna continuidad a un rival que, pese a tener mayor envergadura que el estadounidense, nunca dio sensación de peligro.

En el primer asalto Tyson comprobó rápidamente las carencias técnicas de su rival, al que lanzó un par de ganchos de izquierda que Nilsen encajó sin demasiados problemas, pero sin dar ninguna respuesta.

El segundo asalto tomó los mismos derroteros. Mike Tyson pareció querer acabar todo en el tercer asalto, pues le bastó con apretar un poco el acelerador para poner en verdaderos apuros al púgil danés. En los siguientes asaltos las cosas, sin embargo, volvieron por los mismos derroteros, golpes esporádicos de Tyson e intentos desesperados de Nilsen por trabar el combate abrazándose a su rival. Sin embargo, los golpes debieron hacer mella en Nilsen, ya que el árbitro del combate Steve Smoger, decidió parar el combate entre el sexto y séptimo asalto, aduciendo que el danés no estaba en condiciones de seguir.