El Real Mallorca ya se cree que puede ganar dentro y fuera de casa.
Abanderados por un Paco Soler inmenso y por un Franco concentrado,
el conjunto rojillo exhibió buenas maneras, orden y fe en sus
posibilidades. Se avanzó en el marcador, no se vino abajo cuando le
empataron y fue capaz de volver a marcar merced a un gran gol de
Albert Riera. El partido no tuvo excesivos altos y bajos, más bien
estuvo enmarcado dentro de una línea de regularidad importante e
incluso el choque anduvo equilibrado. Los primeros quince minutos
fueron un ir y venir casi constante. El balón iba cambiando de área
a área y circulaba con extrema rapidez en la zona de creación.
Ambos técnicos querían abrir con prontitud el marcador. Un gol, en
partidos como el de ayer, puede ser definitivo y de ahí que se
afinase al máximo la puntería.
De Pedro dio el primer aviso. Un remate de cabeza a bocajarro
del futbolista local fue desviado a córner por Franco. Pero había
ritmo, mucho ritmo y también la Real permitía jugar con relativa
comodidad a la contra. En una de esas acciones, Paco Soler sirve un
balón preciso al espacio abierto. El conjunto local había dejado un
desierto en el círculo central y Veljko Paunovic recibió el balón y
sin terminarse de creer que no había nadie entre él y el portero,
empezó a correr hacia la portería rival. El serbio lo hizo todo
bien pero se olvidó de levantar la cabeza. Si lo hubiera hecho
seguro que se hubiera percatado de que Eto'o estaba libre de marca.
Paunovic optó por disparar y la pelota salió fuera. Fue la más
clara ocasión de gol del partido.
Costaba llegar pero se controlaba la pelota y también el juego.
Sólo faltaba el gol y ante las dificultades de avanzarse en el
marcador en jugada, los de Kresic echaron mano de la estrategia.
Una falta al borde del área fue magistralmente lanzada por Campano.
La pelota dibujó una parábola mágica por encima de la barrera y se
coló en la meta de Alberto. Con el cero a uno, Albert Luque tuvo la
sentencia en sus botas pero el gol que consiguió fue anulado por
fuera de juego de Paunovic.
El partido había entrado en una fase peligrosa. El relativo
control mallorquín empezó a ser virtual y la Real poco a poco
ganaba terreno. De Pedro lanza un córner y De Paula, adelantándose
a Marcos, establece la igualada. A partir de ahí el encuentro se
abrió y los dosnostiarras resurgieron del pozo aunque lo hicieron
por pocos minutos. El Mallorca, abanderado por un juego
inconmensurable de Paco Soler, continuó plantando cara. Kresic dio
entrada a Riera pero la clave estuvo en el juego del capitán
mallorquín. Paco Soler se enfundó los galones, firmó una gran
jugada que terminó en las botas de Eto'o. El camerunés asistió a
Riera que de forma brillante superó a Alberto marcando el
definitivo uno a dos. Victoria, tres puntos y despegue total. La
mano de Kresic se nota y el equipo destila ya aroma ganador.
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