Vicente Fernández le pone buena cara e inicia el tramo más duro de
la larga recuperación a la que se somete, en vistas a volver a los
terrenos de juego, en un período que se prolongaría hasta el
próximo curso, lo que podría forzar la llegada de Iván Campo. Ante
el Málaga, el central catalán protagonizó unas escenas de dolor que
a más de uno pusieron los pelos de punta. La ascensión de Vicente
en el Real Mallorca se veía truncada por la peor lesión que un
futbolista puede padecer. La rotura del tendón rotuliano de su
rodilla derecha le hizo pasar un mal trago, culminando una
desafortunada escala marcada por el esguince de rodilla que padeció
en su debut en Champions League ante el Schalke 04.
Ahora, la clínica Asepeyo de Barcelona es su segunda casa. Allí,
Vicente se somete a una dura rehabilitación, siempre bajo la
supervisión del doctor Borrell. «Trabajo duro, pero lo que más me
reconforta es poder dormir por las noches sin sufrir fuertes
dolores. La inflamación en la rodilla ha disminuido pasado un
período desde la operación, y sólo cabe mirar al futuro con
optimismo y sin bajar la guardia», comentó el ex jugador del
Sporting de Gijón.
De momento, Vicente sigue teniendo en sus muletas a sus más
fieles compañeras, «aunque cuando pueda pisar, volveré a Palma para
seguir con la recuperación, pero es pronto. Se hace difícil estar
parado, pero con la ayuda de mi familia, todo se hace más
sencillo», reiteró el defensor rojillo, al que le ha calado hondo
el apoyo que el club y sus compañeros le han brindado. «Estaba
viendo el partido ante el Madrid con mis padres, y me emocionó el
mensaje de las camisetas, es un detalle. En cuanto al encuentro,
creo que el equipo hizo bastantes méritos, y pese a que el Real
Madrid tuvo sus oportunidades, por juego merecimos algo más, pero
un punto ante uno de los mejores equipos del mundo sigue siendo un
buen marcador», finalizó.
Pese a proceder de un equipo de la parte media de la tabla de
Segunda, Vicente Fernández logró hacer realidad el sueño de debutar
en Europa, ni más ni menos que en Liga de Campeones y UEFA Cup,
además de convencer tanto a Bernd Krauss como a Sergio Kresic. A
base de trabajo, constancia y humildad el defensor, al que los
problemas físicos no le han respetado para nada, acumula tan sólo
en Liga un total de 198 minutos. Una cifra nada despreciable si se
tiene en cuenta que Miquel Àngel Nadal o Fernando Niño están por
delante de él. Ese minutaje se desglosa en cuatro partidos, uno de
ellos completo, en los que recibió dos cartulinas amarillas.
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