Los ídolos tienen nombre, pero no tienen edad. Eso lo sabemos muy
bien todos aquellos que hoy peinamos canas, pero que ayer
recitábamos de memoria la alineación de los «leones» de San Mamés
de la última mitad de los años cincuenta. ¿Recuerdan?. A mí todavía
se me aparece en sueños como una letanía: Carmelo, Orúe, Garay,
Canito, Mauri, Maguregui, Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y
Gaínza...
Por eso quizá lo humanamente más grande que ha acontecido en mi
vida de reportero fue aquel martes, 15 de octubre de 1996, en que
me cité en el centro del rectángulo de juego de San Mamés con los
pobladores de mis sueños. Menos Garay y Agustín Gaínza, fallecidos,
y Arteche, que no pudo acudir, estaban todos. Los mismos que había
visto jugar en el Lluís Sitjar cuando el 4 de diciembre de 1960
vinieron por primera vez oficialmente en Liga. Algo lógico porque
el Mallorca acababa de ascender a Primera División y el Athletic
Club de Bilbao nunca se ha movido de esta categoría. Aquel primer
Mallorca-Athlétic se saldó con empate a cero y con arbitraje de
Asensi los equipos formaron así:
REAL MALLORCA: Zamora; Flotats, Bolao, Diego;
Forteza, Glaría II; Ruiz, Mir, Laguardia, Szolnok y Haro.
ATHLÉTIC DE BILBAO: Carmelo; Orúe, Etura, Canito;
Mauri, Maguregui; F. Bilbao, Aguirre I, Arieta, Uribe y
Merodio.
Jugaron en aquella «histórica» primera visita liguera a Palma
nueve de los once. Se habían incrustado en aquel Athlétic querido y
admirado en toda España gente que empezaba a despuntar, como Fede
Bilbao y Koldo Aguirre. Precisamente este último con el tiempo fue
entrenador del Mallorca.
De este Athlétic que despertaba pasiones a su paso, que viajaba
en autocar porque el vicepresidente Rafael Escudero había muerto en
un accidente de aviación y se tenía pánico a volar, ya falta
Canito, fallecido hace dos años, además de los ya citados Jesús
Garay (que esta temporada 1960-61 jugaba en el Barcelona) y Agustín
Gainza. Todos los demás, encabezados por Lezama, el meta que junto
con Carmelo, Iríbar y Zubizarreta ha defendido más tiempo la
portería bilbaina, pasea su gloria por los parques de Bilbao.
Lezama vive en Bilbao, al igual que Orúe, Merodio y Maguregui;
Carmelo y Eneko Arieta lo hacen en Durango; Uribe, reputado
ingeniero, en Las Arenas; Mauri, el único que se mantiene soltero,
vive en Gernika; Etura, en Sestao, y Marcaida en Derio.
Jubilados de sus respectivos trabajos, felices de su paso por el
fútbol y de haber vestido la gloriosa elástica rojiblanca que
anteriormente habían hecho grande los Iriondo, Venancio, Zarra,
Panizo y Gainza, una delantera que jugaba de oído y tocaba como
nadie la melodía del gol. Por eso Telmo Zarraonandía Montoya
«Zarra», que vive en Munguía, sigue ostentando el récord de goles
en el fútbol español. Nunca ha habido un futbolista mallorquín en
el Athletic Club de Bilbao, que mantiene a rajatabla la política de
jugar únicamente con vascos. Del Athlétic, sin embargo, han venido
al Mallorca varios: Fernández, Urtubi (que no cuajó en el Luís
Sitjar y fue cedido al Margaritense), Endika, Quique Burgos,
Eskurza y Ernesto Valverde.
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