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Miguel Vidal Los ídolos tienen nombre, pero no tienen edad. Eso lo sabemos muy bien todos aquellos que hoy peinamos canas, pero que ayer recitábamos de memoria la alineación de los «leones» de San Mamés de la última mitad de los años cincuenta. ¿Recuerdan?. A mí todavía se me aparece en sueños como una letanía: Carmelo, Orúe, Garay, Canito, Mauri, Maguregui, Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gaínza...

Por eso quizá lo humanamente más grande que ha acontecido en mi vida de reportero fue aquel martes, 15 de octubre de 1996, en que me cité en el centro del rectángulo de juego de San Mamés con los pobladores de mis sueños. Menos Garay y Agustín Gaínza, fallecidos, y Arteche, que no pudo acudir, estaban todos. Los mismos que había visto jugar en el Lluís Sitjar cuando el 4 de diciembre de 1960 vinieron por primera vez oficialmente en Liga. Algo lógico porque el Mallorca acababa de ascender a Primera División y el Athletic Club de Bilbao nunca se ha movido de esta categoría. Aquel primer Mallorca-Athlétic se saldó con empate a cero y con arbitraje de Asensi los equipos formaron así:

REAL MALLORCA: Zamora; Flotats, Bolao, Diego; Forteza, Glaría II; Ruiz, Mir, Laguardia, Szolnok y Haro.
ATHLÉTIC DE BILBAO: Carmelo; Orúe, Etura, Canito; Mauri, Maguregui; F. Bilbao, Aguirre I, Arieta, Uribe y Merodio.

Jugaron en aquella «histórica» primera visita liguera a Palma nueve de los once. Se habían incrustado en aquel Athlétic querido y admirado en toda España gente que empezaba a despuntar, como Fede Bilbao y Koldo Aguirre. Precisamente este último con el tiempo fue entrenador del Mallorca.

De este Athlétic que despertaba pasiones a su paso, que viajaba en autocar porque el vicepresidente Rafael Escudero había muerto en un accidente de aviación y se tenía pánico a volar, ya falta Canito, fallecido hace dos años, además de los ya citados Jesús Garay (que esta temporada 1960-61 jugaba en el Barcelona) y Agustín Gainza. Todos los demás, encabezados por Lezama, el meta que junto con Carmelo, Iríbar y Zubizarreta ha defendido más tiempo la portería bilbaina, pasea su gloria por los parques de Bilbao. Lezama vive en Bilbao, al igual que Orúe, Merodio y Maguregui; Carmelo y Eneko Arieta lo hacen en Durango; Uribe, reputado ingeniero, en Las Arenas; Mauri, el único que se mantiene soltero, vive en Gernika; Etura, en Sestao, y Marcaida en Derio.

Jubilados de sus respectivos trabajos, felices de su paso por el fútbol y de haber vestido la gloriosa elástica rojiblanca que anteriormente habían hecho grande los Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo y Gainza, una delantera que jugaba de oído y tocaba como nadie la melodía del gol. Por eso Telmo Zarraonandía Montoya «Zarra», que vive en Munguía, sigue ostentando el récord de goles en el fútbol español. Nunca ha habido un futbolista mallorquín en el Athletic Club de Bilbao, que mantiene a rajatabla la política de jugar únicamente con vascos. Del Athlétic, sin embargo, han venido al Mallorca varios: Fernández, Urtubi (que no cuajó en el Luís Sitjar y fue cedido al Margaritense), Endika, Quique Burgos, Eskurza y Ernesto Valverde.